martes, 17 de abril de 2007

Que sí, que no

Ni siquiera puedo describir lo que siento ahorita, con esas ganas de estar en dos lugares al mismo tiempo. Luego la gente se enoja porque digo "es que no quiero regresar" (como Jelipe, por ejemplo) pero es la verdad... me la he pasado tan chido aquí... disfrutando mi libertad a mis anchas...
He cambiado mucho, creo, me he vuelto mucho más egoísta, pero creo que ha sido la clave para mi supervivencia...
Kaka se fue hoy en la mañana. No lloré... raro, pero estoy como numb. Qué tristeza irme y dejar este lugar donde tanto me he divertido y crecido, pero no lloro. Ayer comencé a despegar mis decoraciones. Mi habitación se ve vacía con tan sólo haber quitado el póster de Corpse Bride y el de Johnny... Hoy compré la segunda maletota para la mudanza. Se siente horrible, pero no lloro. Ciappa Destra ha sido más amable conmigo porque sabe que pronto no me verá más. Medio mundo me invita a comer y me prometen vernos antes de irme... y yo no siento tristeza, no lloro, sólo bebo y como... pero no lloro. Hoy me puse otra vez mi camiseta chida de Guinness, la café con letras doradas... me acuerdo de Irlanda y el súper viaje, pero siento que no se ha terminado, no lloro, no se ha ido todo, todavía queda algo...
Tengo ganas de comer los pastes de Rolando, con papas, carne molida y chilitos... y luego quiero un gran cacho de Camembert para acompañar mi baguette entera... pero no lloro, no siento. Sé que volver será horrible: a la casa de mis papás, que aunque me esperan con brazos abiertos, comenzarán a controlarme en cuanto ponga un pie allí. Jelipe no me va a soltar... changos, aún tengo mis alas pero ya las siento cortitas... y la vida... la vida que me espera allá, tal vez sea buena, tal vez no, pero me da ansiedad. La otra noche volvió a darme un ataque de apnea cuando me estaba durmiendo... es el estrés, nomás, pero no lloro, no siento. Veo las fotos del comienzo y escucho que todos dicen "c'est la fin", pero ni lloro ni siento. Me parece que apenas fue ayer cuando me vi perdida en medio de un mar de franceses, tomando por primera vez el metro y el train desde Saint Lazare, me parece que aún siento el miedo de no saber qué me espera aquí, en este lugar que se ve a la vez tan ajeno y tan propio. De pronto hay detalles que ya se me olvidaron, como de qué color son los edificios que están frente a la casa de mis papás en México, qué tan altos son mis amigos o en qué brazo es que Jelipe tiene su tatuaje. Pero me parece que fue apenas ayer que vi la cara de terror de Kaka por primera vez como un espejo de la propia... creo que aún me faltan cosas qué conocer y personas a quienes observar, no he dado mi último paseo por los quais del Sena... Ni siquiera me importó no despedirme del fou, el pendejo salió con "ya no tenía crédito y había amigos míos en la casa". Que se vaya a tomar viento!
Pero no lloro, no sufro, no duele... el porrazo va a ser cuando regrese a México...