martes, 23 de octubre de 2007

¡Hombres!

Últimamente los hombres no hacen más que sacarme de onda. Y no sé porqué me acuerdo de ese dicho que nos aplican "a las mujeres no hay que entenderlas, hay que quererlas" pero aplicado hacia ellos. A veces creo que ya me los sé de pies a cabeza y me salen con cada cosita que me deja más idiota de lo que ya estoy. Pero para qué me detengo en hacerla de jamón, si puedo ir directito a contarles el chisme.


Caso sin resolver # 1: El muerto, para variar y no perder la costumbre. A la fecha me sigue sacando de onda con sus cosas, lo bueno es que ya no es de mala forma. Es decir, ya no me mueve el piso como lo hacía antes, cuando me cimbraba hasta la raíz, sino que ahora siento una especie de lástima por él... ¿cómo? Pues la cosa es que me sigue contando de todas sus mujeres, como siempre, sólo que cada vez que conoce una nueva, se enamora, según él. Ya le dije que si quiere que las cosas trasciendan con alguna, debería hacer ciertos sacrificios y no andar de cabroncito, pero no lo entiende, mona que conoce, mona de la que se enamora. Y lo peor es que se enoja si lo haces ver como un cabrón. Hace unos días, me contó de su "última adquisición" y se enojó cuando le dije "pues a ver ahora cuánto te dura el gusto". Me contestó que yo nunca querré verlo feliz y tranquilo con alguien, le respondí que él tampoco y le ennumeré las veces que me ha dicho "No, Chloè, ese cuate no es para tí", "es un naco, ¡no juegues!" y más se enojó. Y creo que el peor berrinche vino cuando le dije exactamente lo mismo que él me ha dicho tantas veces: "pues si no quieres que opine, no me cuentes cosas, lo siento, pero no puedo quedarme callada si veo que la cagas y la cagas; la solución la tienes tú y ya".
Caso sin resolver # 2: Hace unos años, conocí a un mono en las clases de francés que tomaba en la universidad. Fue casi enseguida del truene con el muerto. Este monito y yo salimos varias veces, aunque yo nunca supe con qué fin por su parte. Existía una especie de afinidad particular entre él y yo, hablábamos bien de música e incluso de teoría crítica, pues al ser psicólogo (en segunda carrera, la primera era una ingeniería) era un cuate culto, curioso e inteligente (o al menos eso parecía). Un buen día, se me ocurrió decirle que me gustaba y su respuesta fue "pues tú no eres mi máximo, pero no entiendo como alguien como tú puede fijarse en alguien como yo... véte en un espejo y véme, creo que no tenemos nada qué ver..." Y después de eso sólo estuvimos jugando jueguitos estúpidos, pues cuando yo comencé a salir con alguien más, él me la hacía de jamón preguntándome qué lugar ocuparía ahora que yo tenía a alguien más. Hace unos días, fui a tomar un café al centro con una amiga de la prepa a quien hace mucho no veía para contarle de mis aventuras francesas y algunas otras cosillas, y mientras estábamos en pleno lavadero, él entró al café. Lo vi distinto, descuidado, gordo... apagado. Lo saludé, me abrazó, me miró de pies a cabeza (y como buen hombre, se detuvo unos segundos de más en el pecho) y me dijo lo bien que me veía, que estaba muy cambiada y que le gustaría que nos viéramos pronto... ¿Quién diablos lo entiende?
Caso sin resolver # 3: Jelipe. Luego del horrible truene que nos aventamos, lo comencé a extrañar a los pocos días y quise hablar con él para aclararle ciertas cosas que había dicho el día que tronamos. Le pregunté a Godzilla si creía que su hermano querría hablar conmigo y me respondió que lo dudaba, que lo conocía y que sabía lo orgulloso que era y que dudaba que le importara. Sin embargo, decidí llamarlo y pedirle que nos viéramos. Yo pensé que me diría que no y que le hiciera como quisiera, sobre todo por el " en verdad espero que no te arrepientas con el tiempo" que me dijo al final de la llamada tronadora. Me dio que sí, lo cual para mí ya era muy raro, aunque yo no iba con expectativas muy altas luego de las muchas veces que me contó que él jamás había regresado con una novia, que para él un truene era un truene y que asumiría las consecuencias. Sin embargo, luego de hablar, estamos juntos de nuevo, aunque no por completo, pues primero debemos trabajar en nosotros mismos, ambos decidimos poner de nuestra parte y estamos mejor... ¿qué lo hizo cambiar de opinión?
Caso sin resolver #4: La Polla. Después de que todos sus intentos me hicieron pensar que no buscaba nada serio conmigo, años después volvemos a donde hace muchos años estuvimos, coqueteándonos por msn y arreglando reuniones furtivas. Lo que es no tener qué hacer (lo digo por los dos).
Caso sin resolver #5: El que me gusta y que el muerto llama naco. Nos vimos un domingo, fuimos a desayunar y anduvimos por varios lugares gastando dinero (discos, juegos, películas), al final hubo besos, besos que me hicieron temblar las rodillas, emoción o eso parecía, me tomó la mano, abrazos apretados y todas esas cosas que uno hace cuando alguien le gusta. Pero luego de eso, siento que sus mensajes y su trato se enfriaron. Sin embargo, el sábado pasado, a media boda de mi prima, cuando yo ya estaba briaga y él pacheco, llamó para dejarme escuchar a Yo La Tengo, desde el Manifest. Antes de colgar, me dijo "te quiero... mucho". Ahora está en casa por todo un mes a causa de un hombro roto, por lo cual no podremos vernos en no sé cuánto tiempo, me llama a veces dos veces al día, pero no sé si se deba a su aburrimiento...
Caso sin resolver #6: Hace unos dos años, uno de mis vecinos vino pidiéndome que le diera clases de inglés particulares. A los 10 minutos salió el peine: le gustaba y quería que saliéramos. Se pasó un muy buen rato rogándome por un acostón. Un día, incluso, me encerró en su casa con la promesa de no dejarme salir sino hasta que por lo menos le diera un beso. Pero él tenía novia y estaba, según, muy enamorado. Antes de irme a Francia, quiso darme mi "despedida" pero qué hueva... el niño tenía 18 años cuando lo conocí, yo 25, así que éramos dos polos opuestos. Lo he visto poco desde que volví, pero hace una semana se presentó en mi casa, bien pedo, para decirme que lo único que quería era una oportunidad... de andar conmigo. No sé de dónde saca esas ideas, pero qué pantaloncitos pensar que a sus 20 años puede con una de 27 histérica y maleada como yo... ¿Qué diablos lo hizo cambiar de objetivo?
Tal vez debería seguir los consejos que el muerto me ha dado y los que yo también le he dado y no complicarme la existencia con tanto mono que no puedo manejar... ¿pero éso cómo se hace?

domingo, 21 de octubre de 2007

Finito

Bueno, pues ya, para tranquilidad de muchos y la mía propia, las cosas con Jelipe, ya valieron... No me siento bien para hablar de ello, sólo digo que fue decisión mía y que él no quiere ni verme... Esperemos que cambie de opinión con el tiempo.

sábado, 13 de octubre de 2007

¡Y lo grito a los 4 vientos!

Sí, lo confieso. Me gusta mucho alguien de quien nadie sabe, excepto el muerto. Como es alguien que él ha visto una o dos veces, cree conocerlo. Y me dice "no, Chloè... ese wey es un naco" y con mayor razón me gusta... por llevarle la contra y por naco, ¡porque naco es chido! Y porque él, el naco, es chido...