jueves, 26 de julio de 2007

¿Por qué?

Le temps comme amie moi je veux bien
Mais les amis, ça va, ça vient.
Alors partons vite brûler le jour et la nuit.
Evidemment, tu l'aimes encore
Je le vois bien, tu sais, et puis alors?
Kaolin, Partons Vite
Cada vez que lo veo es así. Al menos desde que no nos tomamos las manos a cada oportunidad. A veces quiero que me toque, que acaricie mis orejas como lo hacía antes. Que me revuelva el cabello como antes. Que me abrace y me guarde entre sus brazos por mucho rato y poder respirarlo.
Despierto. No sucederá. Hablamos. Nos miramos. No sé qué piensa, no sé qué pasa por su cabeza. Es confuso. Siento celos, ya lo había dicho. Siento punzadas cada vez que habla de alguien más. Es como tenerlo sin tenerlo. Sé que no hay nadie como yo, aunque quiera que la encuentre. Debería haber alguien mejor que yo. Debería haber alguien mejor que él, para mí... pero ¿dónde está? ¿Estaré tan cegada que no puedo verlo? Él no puede ser lo que merezco.
Él fue el amor de mi adolescencia. Sé que no fue sólo él, sino las circunstancias que vivimos, que jamás volveré a sentirme así, que jamás habrá de nuevo ésa pasión... pero desearía volvera vivirlo. Quisiera sentirme viva una vez más, mirar al sol y sonreír sin arrugar la frente.
¿Por qué, entonces, cada vez que lo veo termino con la garganta echa nudo? ¿Por qué siempre tengo éstas inmensas ganas de llorar? Pero no sé si es él, no sé si soy yo, no si es felicidad, no sé si es tristeza... ¿por qué?

lunes, 16 de julio de 2007

A fuerza, ni los zapatos entran

"Pebbles bleed as the love recedes
A waste of breath all this stoic stealth
Beyond poppied hills we see
The meeting point of our history
Impressions of life Confusion is rife
Tell a lie then intensify
All your thoughts of hate to articulate
On poppied hills we see
The meeting point of our history
Impressions of life
Confusion is rife"
Desertion, JJ72
Cuando era niña, íbamos cada sábado a comer a casa de los padres de mi madre. Ni a mi padre ni a mí nos agradaba mucho la idea, pero mi madre siempre ha sido un poco chantajista emocionalmente y lograba forzarnos a ir con su familia. Yo no tenía tanto problema hasta antes de los 10 u 11 años. Me gustaba estar con mis primas que eran como 10 años más grandes que yo porque jugaban conmigo y demás. Excepto con mi prima que es sólo un año mayor. Con ella nunca me he llevado bien, pues es un poco especial. Pero ahora no me voya meter en los detalles de ésa fijación tan rara que ella siempre ha tenido hacia mí.
Mi abuelo era genial. Muy ocurrente, pero callado. Nunca se metía con nosotros. Mi abuela... bueno, ella siempre fue harina de otro costal. Creo que siempre soñé con una de ésas abuelas chidas que juegan con los nietos, los consienten, les cuentan cuentos bonitos y les hacen pay de manzana. Pero bueno, me tocó mala suerte y en su lugar, tuve a mi abuela.
Nunca entendí por qué mi madre tenía qué llegar hasta el chantaje emocional para obligarme a ir a verla. No me gustaba. Nunca me gustó ir a verla, porque me hacía sentir incómoda. Sé que hay muchos niños que no quieren ver a sus abuelos porque se aburren, pero en mi caso, la aburrición no estaba contemplada, pues siempre tuve a mis primas que eran como 10 años mayores que yo y con quienes jugaba y hacía tonterías, como una niña normal. Excepto con la prima que es un año mayor que yo y que siempre tuvo una fijación un poco extraña conmigo; pero eso es tema de otro blog. Cada sábado eran batallas impresionantes de poder entre mi mamá y yo por ir a ver a mi abuela. Yo siempre decía que no quería ir y mi madre siempre se enojaba conmigo porque le decía, sinceramente, que no quería ir. Pero creo que mi madre nunca ha estado consciente de lo difícil que es querer a alguien a la fuerza. Para ella, creo, la situación es distinta, pues finalmente, es su madre y punto, no hay más qué decir al respecto, pero cuando se trata de una abuela, es un poco más difícil pretender que te quieran nomás porque sí.
Mi abuela siempre tuvo un carácter muy fuerte. Incluso se decía que en casa de mi madre, lo que había era un matriarcado: mi abuela disponía y mi abuelo, como buen pacifista, sólo se dejaba llevar. Creo que a él nunca le importó que así fuera. Por muchas razones, creo que mi abuelo fue un hombre adelantado a su tiempo, aunque también pienso que no le quedaba de otra: con su esposa y cuatro hijas no creo que le dieran muchas ganas de imponerse.
Cuando era niña, mis papás me enseñaron que lo que yo tenía qué decir siempre importante, e incluso me inculcaron un sentido crítico al preguntarme siempre qué pensaba. La bronca venía en casa de mi abuela, cuando se ponía a discusión un tema. No hacía más que empezar con el "yo opino que..." cuando mi abuela volteaba a verme con ojos de pistola y me decía "usted vea, oiga y calle". No recuerdo una frase tan odiosa como ésa. No recuerdo nada que me hiciera hervir más las tripas que ésas palabras. En parte por la confusión que me provocaba por lo que me decían en casa y lo que ella decía. ¿Eso significaba que mis papás no me estaban educando bien?
Como mis papás trabajaban a veces hasta los domingos, muchas veces tuve qué quedarme en casa de mis abuelos a dormir. Como siempre he sido bastante dormilona, me dejaban dormir hasta que yo solita me despertaba. Claro que a mi abuelo le costaba más trabajo, pues cuentan que por ahí de las 11 de la mañana decía "hay que ir a ver si ésa niña se siente bien" y dicen que varias veces entró a mi cuarto a ver si yo seguía respirando. Y es que a veces no sabía qué hacer mientras esperaba a mis papás, pues nunca me gustó mucho platicar con mi abuela.
Creo que tendría como 8 ó 9 años cuando ella me contó lo que le había hecho el chino. Mi abuela y su madre siempre estuvieron solas. Y como ninguna de las dos tenía trabajo, a veces tenían qué pedir fiado en las tiendas para poder comer. Mi abuela siempre fue una mujer guapa y su madre se aprovechaba de éso para mandarla a hacerle ojitos al de la carnicería o al de la tienda para que les dieran algo. El chino era dueño de una carnicería. Mi abuela contaba que, un día, fue por algo de carne y el chino le dijo que tenía algo para ellas pero que viniera a la trastienda. Ahí, dice mi abuela que el chino se desabrochó el pantalón y le enseñó su pene hinchado. Nunca más quiso ir sola por la carne. Y gracias a éso que me contó, mucho tiempo tuve miedo de los orientales.
Ya un poco más grande, me contó del día que vio al Diablo. Ella jura y perjura que era un hombre bien vestido, con dientes de oro y una expresión muy extraña. Decía que la había seguido toda una tarde y que aún le daba miedo al recordar a ése hombre. Pero siempre terminaba su historia diciendo que había que tenerle miedo a los hombres, pues eran malos.
Creo que lo peor que pudo haber dicho, fue cuando yo tenía como 10 u 11 años. Ella iba algunas veces a recogerme a la escuela, pues mis padres no podían o mi nana estaba enferma. Hacía algunos sábados, mi papá había dejado de ir a su casa. Comprensible, después de que era por todos sabido que mi abuela no lo veía con buenos ojos. Supongo que se cansó de tanta grosería. Entonces, mi abuela me dijo algo que nunca olvidaré: "¿Por qué tu papá ya no viene? Creo que te toca tener los ojos bien abiertos ahora y si ves que tu papá hace cosas que no están bien, habla con él y no le digas a tu mamá...". Después de eso, estuve algún tiempo pensando en lo que me habría querido decir con eso. Creo que no tenía ninguna necesidad de lidiar con pensamientos así a esa edad (o a ninguna otra).
Hace unos años. Mi abuela se enfermó gravemente. Estuvo a punto de morirse y luego de eso, ya no quedó muy bien. Cuando luego de 2 semanas regresó por fin a su casa, se ponía de muy mal humor diciendo que ése lugar no era su casa y necia con que quería que la llevaran a su casa. Uno de ésos días, estando yo ahí, para tranquilizarla, empecé por señalarle que sus cosas estaban ahí y que no tenía por qué tener miedo, pues estaba en su casa. Unos días después, mi tía llamó para preguntarme si era cierto que había querido pegarle a mi abuela. Después de eso, no me paro por su casa a menos que sea caso de extrema urgencia.
Antes de irme, mi mamá me pidió que fuera a despedirme de ella. Y debo confesar que no es que no haya tenido tiempo. La verdad me hice bien güey para no ir. Ahora que volví, mi madre ha estado insistiéndome en que vaya a verla. Ya no hace sus chantajes como antes porque sabe que a éstas alturas, no funcionan. Si no la he ido a ver, es porque no siento ningún apego hacia ella. Creo que el amor que un nieto sienta por sus abuelos es algo que debe trabajarse y no darse por sentado. A fuerza, ni los zapatos entran.

domingo, 15 de julio de 2007

No soy de aquí ni soy de allá

Pregúntome éstos días con más frecuencia que antes por qué siento que no encajo en ningún lado. Si salgo con Jelipe y sus amigos, me siento como que volví a la primaria, pues las niñas sólo se juntan con las niñas y los niños con los niños... Los niños hablan de cochecitos, las niñas de muñecas sus casitas, sólo que a gran escala porque la mayoría de ellos ya están casados y con hijos. Y yo me siento ajena. No puedo hablar de cochecitos ni de muñecas, porque me dan hueva ambos...
A veces quiero hablar de música, de libros, de cine... pero nadie conoce la música que yo conozco, nadie lee tantos libros nomás porque sí (o leen puro churro) y a todo el mundo le gustan las películas de acción y aventuras... Algunas veces sueño con tener una conversación inteligente con alguien y no hablar de lo que cuesta rentar un depa, o tener un coche; de lo que es tener hijos o qué comida vas a preparar en la semana...
Me aburro en todos lados... ¿qué diablos?
¿Será de verdad tan difícil encontrar a alguien con quien tener una conversación inteligente?

viernes, 13 de julio de 2007

Me gustan las laderas, no los valles

Estoy aburrida.
Mi vida está en un momento de absoluta aburrición: salir o quedarse en casa, ver al Jelipe o no verlo, ver al muerto o tal vez después, escribir o mejor no, desayunar o cenar... No hay muchas opciones.
Tengo qué hacer algo para salir de esto, ¿pero qué?
Por cierto... ¿a alguien se le ocurren trabajos para los que yo sea buena? Sé qué quiero hacer, pero no sé en qué área: quiero utilizar prácticamente mis idiomas, ya no quiero dar clases a mensitos que utilizan pretextos tontos para no poner de su parte. ¿Sugerencias?

martes, 10 de julio de 2007

Sabía que esto podía suceder

Ser amigos con los "ex" no es fácil. Haya pasado mucho o poco tiempo desde la ruptura, estas cosas generalmente terminan en desastre. Como conmigo. Y creo que si en un momento me mostraba reticente a esta onda de "seamos amiguis" era precisamente porque sabía que las cosas podían complicarse en algún punto.
Sigo pensando que lo mío no es estar con él. Mi cabeza me dice que de volver a estar juntos será lo mismo que ha sido cuando lo hemos estado: seremos eternamente noviecitos, con todo lo que eso implica y que eso no es ni lo que quiero ni lo que merezco a estas alturas. Aunque mi corazón me dice lo contrario. O a veces... o no sé.
Pero es que las complicaciones vienen cuando me cuenta que le gusta alguien o que conoció a alguien, porque mis tripas hierven de celos, como con nadie, como nunca y me dan ganas de decir: "ni madres, usted es de aquí y aquí se va a quedar". ¡Pero no! ésa no soy yo y nunca lo seré... por eso, dejo que me cuente, hago como que lo escucho, y no le demuestro que estoy celosa.
¿Sabrá que me dan celos? No sé, no quiero saberlo.
Pero sabía que esto iba a suceder, tarde o temprano. Pero soy necia y soy mensa y mi lado femenino-baboso me domina a veces.
Tiempo, tiempo, tiempo...
El tiempo lo cura todo. Esperemos que también los celos.

¡Me choca!

Llegué hace un mes. Y no me canso de repetirlo, aunque la neta, uso ésa información para mi conveniencia. Que si me quejo mucho (o igual que siempre, digo yo), 'dénme chance, llegué apenas hace un mes', que si no tengo ganas de ir a algún lugar 'ay, es que todavía estoy cansada del viaje' (de veritas me paso...), que por qué no visito a mucha gente 'ay es que llegué hace un mes y no he tenido tiempo...'
Pero esta vez, me cae que no es pretexto, es neta... y es que Jelipe se toma todo bien personal cuando le digo que no podré verlo. Sé que también tiene sus razones para desconfiar y ponerse medio así (como aquéllo de que la primera vez que vi al muerto no le dije porque sabía cómo iba a reaccionar), pero que tampoco se pase de gandalla. La verdad es que prefiero ya no decirle nada ni hacerla muy de pancho, sólo mostrar mi descontento, porque éso de quedarme calladita y apechugar nomás no es para mí.
¿Y que por qué ahora tanto drama? Bueno, hoy fue segundo día de vacaciones de mi jefa, quiere decir que desde que llegué, no habíamos hecho cosas juntas porque ella tenía qué trabajar y yo... pos me vengo levantando a la hora que ella sale (o sea, pasadito el mediodía...) y desde hace unos días, me dijo "¿quieres ir conmigo el martes al Centro?" pos no iba a decir que no a la oportunidad de andar baboseando con Doña Maclovia... y total que le dije al Jelipe que no nos veríamos hoy por lo mismo. Pos hoy me llamó para ver si había regresado temprano, pero pos no, Doña Maclovia, ya se sabe, es de carrera larga... Cuando le llamé al Jelipe para decirle que no había llegado tempra, estaba de un humor... ¡fenomenal! Así que le conté que Doña Maclovia quería que mañana también fuéramos al centro a terminar de babosear lo que hoy no baboseamos... Pos Jelipe, que repito, ya estaba de mal humor, me dijo "pues llámame cuando no estés tan ocupada para verme..." ¡zas! O sea, si quiero pasar tiempo con mi mamá, porque tenía 8 meses que no la veía y hace un mes que regresé, ella aún no tenía vacaciones... ¿es pretexto para no verlo?
¡Changos! Pos todavía yo de buena gente, le digo "¿quieres venir con nosotros?" ¿y que me saqué? Un "No, gracias..."
¿Cuándo será el día que Jelipito va a crecer y va a dejar de tomarse tan personalmente todo? grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

domingo, 8 de julio de 2007

Noche lluviosa de sábado

Lo dije ya una vez y lo repito: últimamente la gente en general me aburre. Y no creo que se deba a la onda que Jelipe me quiere enjaretar: o sea, "estás deprimida".
Me cuesta tanto creer que la gente esté tan... hueca. ¿De verdad no les preocupará cultivar un poquitito de cabeza? La superficialidad, ¿está de moda o cómo?
Empezando porque ahora sale una película de David Lynch y te encuentras cines retacados de pseudo intelectuales con disfraz que corren a comprar sus boletos como si fuera el pre-estreno de Harry Potter and The Order Of The Phoenix (y saben que nada tengo en contra del Potter, excepto el amor poco crítico que la gente siente por él y otras cosas) a su complejo más cercano. Ya se sabe, al Lynch no hay que entenderlo, sólo quererlo, pero nunca faltan los valientes que dicen que han descubierto el hilo negro en sus películas lo cual me hace siempre mucho ruido. También hay qué decir que Lynch no es el único director de culto, sino que se ha hecho el nombre que se ha hecho porque nadie entiende por completo sus películas (ni en sueños lo hará), pero como se ha puesto de moda, pues ya todos los que se creen inteligentes le tienen un altar al lado de su cama.
Me acordé un poco con esto de algo que leí en Vida en el Limbo: antes, sólo los apestados usábamos Converse, hoy incluso existen marcas de zapatos que se han encargado de copiar el estilo una y otra vez... y es cierto, ahora los Converse son básicos para la imagen pseudointelectualinteresante que la gente quiere dar.
Pero bueno, ¿todo esto por qué? Pues por que ayer fue el colmo de todos los males, cuando me encontré escuchando sin querer una situación de lo más horrible. Fui a una fiesta con Jelipe, y en una de las clásicas idas al baño, los borrachos gritones traspasaban la puerta con sus gritotes:
- "Ay, sí güey, la nalga aguada se ve horrible, ¡especialmente en las mujeres! Es que no mames, güey, ¿por qué no se cuidan? ¿Es de verdad tanto esfuerzo ir al gym? No creo, güey. Pero es que las viejas ya quieren creerse como que le dan más atención a su cabeza que a su cuerpo... que no mamen, ¿no? Un poco de los dos no estaría nada mal... pero en ése caso, ¿a quién le importa si la vieja es inteligente? Es lo de menos, ¿no crees?..."
Y en ése momento salí del baño sólo para encontrarme con una hermosa imagen: dos gorditos, feítos, bastante desagraciados, como orígenenes de las voces que hasta entonces había escuchado...
Zas... ¿y tú, qué autoridad tienes?

viernes, 6 de julio de 2007

¿Por qué nadie lee mi blog?

Sólo Yahui por eso la quiero tanto...
Y si leen, ¿por qué no comentan?

I need some love

A más de un mes que llevo aquí, apenas me estoy acomodando, más que con calzador que por dejar que las cosas sigan su cauce natural. No me gusta que sea así de forzado, pero ya me la han sentenciado, o me aclimato o me aclimuero.
Jelipe sigue haciendo berrinches porque decidí no salir con él y sus primos cada fin de semana. Sin embargo, tengo mis razones: me aburro. Últimamente la gente en general me aburre, pues no todos son como Yahui y el muerto, que me entienden porque no intentan cambiarme, sino porque en verdad les gusto como soy (a Dios gracias). Con ellos dos me siento perfectamente, protegida, tranquila... querida.
Y es que ya entendí, no es necesario que esté con el muerto para sentir que me da su amor. De hecho, prefiero quedármelo como amigo que como "presencia amorosa", pues creo que cuando hemos estado juntos se ha guardado todo lo que quiere decirme por miedo e inseguridad. Así como amigos es como si disparara balas de salva, aunque no voy a negar que sí hace que se me salga una que otra lagrimita cuando me confiesa cosas bonitas, como que todo lo que él ha creado está dedicado a sus papás y a mí.
Y hablando de sus papás... esta semana comimos todos juntos como hacíamos cuando el muerto y yo éramos algo. Debo confesar que en ningún otro lugar me siento como parte de la familia, aunque Jelipe ha hecho muchos esfuerzos parecidos. Terminando de comer las delicias que siempre prepara la mamá del muerto, ella y su papá me confesaron que me extrañaron y que ya hasta querían irme a buscar donde estuviera, pues les hice mucha falta. Eso también hizo que el gañote se me cerrara y los ojitos se me enrojecieran. El muerto me lo dice una y otra vez; tengo una familia de ése lado y aunque a veces me saque de onda, creo que es verdad. Me siento bien ahí y sé que tengo un lugar.
Con la Yahui, pues como siempre, tenemos nuestras etapas de "no te soporto" pero la última vez que la vi me sentí tan bien... y no sólo por que hicimos lo mismo que siempre hacemos (chelas, mezcal, botanita...) sino porque sé que con ella no hay tox de nada. Luego variamos un poquito, pues se fue con Jelipe y conmigo a echar fiesta y al final, dormimos todos (Jelipe, Yahui y yo) en casa del Jelipe. Antes me hubiera dado mucha pena llevarla a esos trotes, pero no porque ella me dé pena ajena, sino la bola de borrachos con los que salimos... pero creo que todo estuvo bien. Si la próxima vez Yahui se niega a ir con nosotros... bueno todo es culpa del Jelipe.
Ciappa Destra me escribe casi diario, lo cual me da mucho gusto, pero me desespera cuando se pasa de quejumbres, como últimamente. Lo peor es que la terapeo, le pido que haga algo por estar mejor y ¿qué pasa? Solita se cierra las puertas... bueno, en ése caso, no hay peor perdido que el que no quiere encontrarse.
Hoy abrí mi correo después de un buen rato de no abrirlo y me encontré con que l'autre me escribió. Para qué digo que no sentí bonito... pero no tanto porque me escribiera, sino porque me dio nostalgia de las tardes nubladas y lluviosas de N, cuando estando en su cama me tapaba casi hasta los ojos, los cerraba un momento para abrirlos al siguiente y descubrirlo mirándome y sonriendo.
Necesito eso. Necesito amor y lo estoy buscando en todos lados donde puedo.