No mentiré diciéndote que no vi tu mensaje sino hasta hoy. Lo ví anoche. Lo leí y lo releí, escuché y escuché y pensé mucho. Hoy respondo, porque es lo correcto.
Pensé esperar a que se te pasara el coraje para poder hablar contigo, pero creo que así sea hoy o dentro de un mes, el resultado será el mismo. Sé que te lastimé y te estoy lastimando, no sabes el dolor que siento al hacerlo y saberlo. Sólo creo que debes saber el por qué. Respeto tu decisión de no querer hablarlo, pero lo que no voy a aceptar es que te cierres a no saber lo que quiero decirte.
Pienso que hacerte pasar por mis ciclos de manía en que quiero botarlo todo e irme, que además se repiten con mucha insistencia, no es mi idea de lo que quiero que obtengas de mí. Quisiera poder ser siempre la mujer que buscas, de quien te enamoraste, la mujer divertida y con quien podías pasar toda una noche sólo hablando y hablando, siendo tú; aquélla mujer que no te juzgaba, sino trataba sólo de darte lo mejor de sí. Con mucha tristeza veo que me he convertido en un ser amargado y quejumbroso contigo. Y pecaría de egoísta si te hago pasar una y otra vez por ello hasta que llegue el día en que te canses. Prefiero que conserves los pocos buenos recuerdos que pudieras tener de mí y no que termines odiándome, como tarde o temprano pasaría si, montada en mi egoísmo, te hiciera vivirme con todo lo malo que ahora tengo, aún si en ello me arriesgo a perderte.
No quiero que ni tú ni yo vivamos en función del otro, haciendo de sus éxitos, los nuestros, y de su vida, nuestro camino, sacrificando en el proceso lo que somos y lo que queremos, porque por mucho que nos amemos, a la larga saldrán a relucir los reproches. No podría darte la pena de que tuvieras a tu lado una mujer que viva en el 'pudo ser y no fue'; no quiero que cargues la culpa de haber sido el causante de mi mala toma de decisiones.
En mi cabeza ha dado vueltas una idea desde hace ya algún tiempo: quiero buscar irme de nuevo. Al pensarlo, tus palabras resuenan también en mi cabeza, aquellas que dijiste cuando te conté que quería quedarme algo más de tiempo en Francia: 'No creo poder soportar más tiempo así'. Y yo tampoco sería capaz de hacerte pasar una vez más por ello.
Sé que debes estarme odiando por haber tomado esta decisión. Sé que ahora no entiendes y quisieras pensar que es sólo un mal sueño. También sé que por más que te lo pida, no podrías ser mi amigo, pero sólo te recuerdo que las cosas no son sólo negras o blancas, hay matices en medio y que ser amigos es sólo una más de las opciones que tengo y ofrezco para seguirte teniendo en mi vida sin exigirte nada a cambio. Ser amigos se escucha fácil, pero exigirá de ambos cosas que tal vez en este momento no estés dispuesto a dar. Lo entiendo. Lo respeto. Mas sábete que para tí, siempre hay, hubo y habrá un lugar.
Te quiere,
Chloè Cihuacóatl Guibert
Pensé esperar a que se te pasara el coraje para poder hablar contigo, pero creo que así sea hoy o dentro de un mes, el resultado será el mismo. Sé que te lastimé y te estoy lastimando, no sabes el dolor que siento al hacerlo y saberlo. Sólo creo que debes saber el por qué. Respeto tu decisión de no querer hablarlo, pero lo que no voy a aceptar es que te cierres a no saber lo que quiero decirte.
Pienso que hacerte pasar por mis ciclos de manía en que quiero botarlo todo e irme, que además se repiten con mucha insistencia, no es mi idea de lo que quiero que obtengas de mí. Quisiera poder ser siempre la mujer que buscas, de quien te enamoraste, la mujer divertida y con quien podías pasar toda una noche sólo hablando y hablando, siendo tú; aquélla mujer que no te juzgaba, sino trataba sólo de darte lo mejor de sí. Con mucha tristeza veo que me he convertido en un ser amargado y quejumbroso contigo. Y pecaría de egoísta si te hago pasar una y otra vez por ello hasta que llegue el día en que te canses. Prefiero que conserves los pocos buenos recuerdos que pudieras tener de mí y no que termines odiándome, como tarde o temprano pasaría si, montada en mi egoísmo, te hiciera vivirme con todo lo malo que ahora tengo, aún si en ello me arriesgo a perderte.
No quiero que ni tú ni yo vivamos en función del otro, haciendo de sus éxitos, los nuestros, y de su vida, nuestro camino, sacrificando en el proceso lo que somos y lo que queremos, porque por mucho que nos amemos, a la larga saldrán a relucir los reproches. No podría darte la pena de que tuvieras a tu lado una mujer que viva en el 'pudo ser y no fue'; no quiero que cargues la culpa de haber sido el causante de mi mala toma de decisiones.
En mi cabeza ha dado vueltas una idea desde hace ya algún tiempo: quiero buscar irme de nuevo. Al pensarlo, tus palabras resuenan también en mi cabeza, aquellas que dijiste cuando te conté que quería quedarme algo más de tiempo en Francia: 'No creo poder soportar más tiempo así'. Y yo tampoco sería capaz de hacerte pasar una vez más por ello.
Sé que debes estarme odiando por haber tomado esta decisión. Sé que ahora no entiendes y quisieras pensar que es sólo un mal sueño. También sé que por más que te lo pida, no podrías ser mi amigo, pero sólo te recuerdo que las cosas no son sólo negras o blancas, hay matices en medio y que ser amigos es sólo una más de las opciones que tengo y ofrezco para seguirte teniendo en mi vida sin exigirte nada a cambio. Ser amigos se escucha fácil, pero exigirá de ambos cosas que tal vez en este momento no estés dispuesto a dar. Lo entiendo. Lo respeto. Mas sábete que para tí, siempre hay, hubo y habrá un lugar.
Te quiere,
Chloè Cihuacóatl Guibert