domingo, 16 de septiembre de 2007

De egoísmos y otras cosas

But now that you've made way
A better tide to get at these roads
Again
And so the time's right back to you
And all the chances that I blew.
Kashmir, Rocket Brothers
Desde que tengo uso de memoria, la gente me ha dicho que soy egoísta. Y sí, tal vez sí lo soy, pero creo que vivimos en una época en que si nosotros mismos no nos encargamos de nosotros, nadie más lo hará. A veces la gente es tan desconsiderada que se la pasa echando culpas a la gente que les rodea quienes terminan por creerse que los egoístas son ellos. Y luego se la pasan diciendo "lo único que quiero es tantita comprensión", pero cuando se trata de otorgarla, todo mundo se avienta la bolita.
Bueno, el punto es que una y mil veces, la gente me ha acusado de egoísta y no me importa aceptar que sí lo soy, pero más que nada porque creo que si no cuido mis propios intereses, nadie más lo hará. En ese sentido, yo quisiera que la gente fuera un poquito más consciente de sí misma y de los demás.
Creo que hay quienes no se conocen bien a sí mismos y que por eso se meten en camisas de once varas cuando se ponen a criticar a los demás. Habemos quienes, por mensos tal vez, hemos vivido estigmatizados toda la vida con 20 mil etiquetas idiotas que quienes nos rodean nos cuelgan arbitrariamente. Y entonces lo que provocan es que nuestra confianza en nosotros mismos se vea mermada y comencemos a preguntarnos si no estaremos mal en algún punto.
Sí, es verdad que todos los problemas en una relación interpersonal son culpa de las personas involucradas en su total, no de una sola, aunque a veces el problema principal radica en que uno habla de más y el otro habla de menos (o unos y otros, porque las relaciones no siempre son de dos), con lo cual se complica un poco el trabajo.
Creo que no soy la única persona que quisiera que todo el mundo pudiera ver el interior de mi cabeza (aunque ciertas zonas tendrían password) para no tener qué hablar y hablar, pues no sé si a alguien le pase igual, pero a veces estamos "blah blah blah blah" un buen rato, para al final darnos cuenta de que no hay orejas que escuchen. Es cansado tratar una y otra vez un mismo problema, proponer soluciones y al final darse cuenta de que las cosas están igual o peor. Lo malo es que cuando eso sucede, uno se transforma en rollero, panchero, berrinchudo, enojón, malhumorado y problemático, mientras el otro cuate se queda callado y no saca las cosas que le molestan sino hasta que se dicen las cosas que molestan de él. De ahí que entonces el pancho que en un principio era una cosa tan sencilla, de pronto de transforme en una tormenta en un vaso de agua. Sólo que de vez en cuando, el vaso es tan pero tan grande, que no se le ven los bordes, ni se alcanza a ver una rayita de azul que nos indique que la tormenta está a punto de disiparse.
¿Y por qué todo este rollo ahora? Bueno, la cosa es que la mala del cuento soy yo, por decir las cosas que me molestan en el momento en que me molestan y proponer soluciones que luego me hacen quedar como que quiero que las cosas se hagan a mi modo, mientras el Jelipe se queda calladote y empieza el "es que tú haces, es que tú dices, es que tú me haces sentir..." cuando yo saco alguna cuestión que me molesta, logrando únicamente hacer el pedo más y más grande.
Pero bueno, esta vez no seré la berrinchuda, la rollera, la panchera ni la bruja del cuento. Me sentaré a esperar que se me pase el coraje y entonces, si me da la gana, haré algo al respecto. Mientras tanto, léanse esto para que vean la manera que tiene Jelipe de hacerme "ver" que está enojado...
Y no se trata de ver quién diablos tiene la razón, sino sólo de igualdad, lo que quiere decir que si yo me devano los sesos para decirle de una manera decente lo que me molesta, lo menos que podría esperar a cambio sería lo mismo (o sea que se devanara los sesos para la misma cuestión) y que me escuchara.

1 comentario:

x dijo...

ash yo no entiendo entonces... de repente va bien, a veces va mal... pero ese poemita me recordó "10 things I hate about you" jajajaja, supongo que la has visto, ¿no?

abrazo, chamaca, ¡hace un buen que no sé de ti!