Este blog ya no me describe ni me identifico ya con él. Sin embargo, leo las entradas anteriores y sigo sintiendo mucho cariño por la tal Chloè. Me enfrento al dilema: ¿Y si la ahogo en la tina mientras se baña? Total, ella ya no escribe más, casi nadie la lee y ya va siendo hora de darle un giro diferente a todo esto, de encontrar a 'esa persona' que me describe como soy hoy, que me inspira y me impulsa.
Probablemente el cambio sea muy radical, digo, las cosas qu vivo hoy no se parecen en nada a las que vivía hace 5 años.
¿Usted qué haría?
sábado, 17 de septiembre de 2011
jueves, 18 de agosto de 2011
30 libros
Ustedes saben bien que no soy una persona que pueda mantener con constancia esto de los retos de los 30... blah blah, así que mejor tomo la idea de cierto alguien que lo hizo de la misma manera. Ahí van mis 30 libros.
1. Uno que leyó de una sentada: How to Be An Alien de Georges Mikes. Es un libro tan pequeñito y sencillo que se lee rapidísimo. Encima, es muy divertido, pues se trata de observaciones de un extranjero que se nacionaliza inglés y hace algunos 'comentarios' sobre la cultura inglesa.
2. Uno que se haya demorado mucho en leer: Uff, pues a veces por el tiempo que me deja el trabajo me tardo muchísimo leyendo los libros, pero sin duda tiene que ser La Puta de Babilonia, de Fernando Vallejo, que me tardé como 6 meses en terminar.
3. Uno que sea un placer culposo: Meh. No me importa lo que digan, a mí sí me gustan los libros de Harry Potter. Obvio no soy fan from hell de HP pero los libros sí me gustan. A pesar de lo que muchas personas piensen, están bien narrados.
4. Uno que le gusta a todos menos a usted: La Piel del Tambor de Arturo Pérez Reverté. Recién publicado, todo mundo hablaba maravillas de esa novela, pero la verdad es que nunca pude terminarla. Me pareció sosa y aburrida.
5. Uno de viajes: Pues no es exactamente de viajes, pero se me vino a la mente uno que me prestaron una vez, de José Agustín, de unos chicos que van al interior de un cerro y tienen todo un reencuentro con la cultura de los antepasados (chale, sueno a reseña de solapa trasera). Sinceramente, no recuerdo el título.
6. Uno de un nobel: Pues tendría que ser Ensayo sobre la Ceguera de Saramago, gracias al cual después leí un cuento para niños del mismo Saramago que se llama La Flor Más Bella del Mundo.
7. Uno muy divertido: Si por divertido nos referimos a chistoso, tendría que ser ¡Pantaletas! de Armando Ramírez. El Maciosare y sus mega ideas de poner un súper negociazo de pantaletas, llamado el Papayón, a partir de las nachas de su novia de toda la vida, La Chancla. (Se me quedó muy grabada la cita de 'Y la Chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar...' y al ratito ya le está dando de nuevo sus arrimones...)
8. Uno para leer por fragmentos: No entiendo esta pregunta, pero se me ocurrió Illuminated Poems con poemas de Allen Ginsberg e ilustraciones de Eric Drooker. Las ilustraciones valen tanto la pena como los poemas y se puede ir leyendo un poema por día, así como masticando y rumiando las ideas que se mezclan con las ilustraciones.
9. Uno con una excelente versión cinematográfica: La verdad es que aquí no se me ocurre ninguno... porque normalmente, las películas y los libros me resultan algo muy diferente unos de otros y no es que me guste más la versión cine o la versión en papel, simplemente son diferentes. Probablemente pensaría en Drácula.
10. Uno con una pésima versión cinematográfica: Siempre que me preguntan si me gusta Naranja Mecánica (la película) respondo que no. Después de leer la novela de Anthony Burgess es una grosería ver la película y darse cuenta que el famoso capítulo 21 resulta totalmente ignorado en la versión en cine de Kubric. ¡Si ese capítulo es el que le da la última vuelta de tuerca para que quede bien apretado!
11. Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar: Tal vez no 'motivarme' en el sentido estricto de la palabra, pero sí me hizo ver un lugar con ojos completamente distintos y me movió ser más observadora. Cuando viví en Rouen, compré un libro que se llama Rouen Erotique, que era como un recorrido turístico pero con ojos maldosos de los lugares más comunes de la ciudad para descubrir desnudos y cosas tan asombrosas como perillas de puerta en forma de seno o de pene.
12. Una biografía: No me gustó, pero la leí por curiosidad y fue una biografía de Kurt Cobain. Afortunadamente, ese libro no era mío.
13. El primer libro que leyó en su vida: Hmm, no lo sé, pero tuvo que haber sido uno de cuentos de la colección que aún conservo. Casi todos son versiones traducidas por José Emilio Pacheco y mis padres juran y perjuran que a la tierna edad de tres años, ya leía los libros vorazmente. (Yo más bien juro que me aprendía palabra por palabra, aunque no puedo explicar cómo, como dice mi mamá, iba señalando con el dedo la palabra que mencionaba en ese momento).
14. Uno que haya odiado hace años y hoy admira: Tiene que ser El Perfume de Patrick Suskind. En mis años adolescentes intenté leerlo y no pude porque era demasiado espeso para mí. Luego, estando en Francia, me tocó la versión en cine y me gustó tanto que comencé a leerlo y hoy me encanta. Esas descripciones de los olores tan poderosas que de verdad sientes que estás oliendo el pescado podrido no las he podido encontrar en otro libro.
15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega: Esta pregunta sí está difícil. No hay un libro del que hoy reniegue, únicamente que ya no considere tan bueno como hace algunos años, pero no puedo pensar en uno. Aunque lo primero que pensé fue Como Agua para Chocolate de Laura Esquivel.
16. Uno ruso que sí haya leído: No me crucifiquen, pero novelas rusas no he leído. Aunque sí recuerdo haber leído un cuento de... hmmm, creo que fue Tolstoi de un niño que escribe cartas a su abuelo... ¿o era al revés?
17. Uno de este año: Pues ahora mismo leo Abraham Lincoln Vampire Hunter, de Seth Grahame-Smith, regalo de cumpleaños de Pablo y me está gustando mucho. El estilo narrativo me tiene pegada, aunque debo confesar que gracias al pinche trabajo y otras actividades no tengo mucho tiempo para dedicarle.
18. El que más veces ha leído: Tiene que ser La Historia Interminable, de Michael Ende. Debí haberlo leído unas 15 veces en mi pubertad (Y no, no porque mis papás no tuvieran dinero para comprarme otro :P)
19. Uno que lo haya sorprendido por bueno: Delirio de Laura Restrepo. Ganó el Alfaguara de literatura en 2001, si no me equivoco, un año en que la crisis llegó a las editoriales porque mucha gente estaba dejando de leer. Me lo regalaron y no esperaba gran cosa del libro, pero lo leí y realmente me fascinó.
20. Uno que lo haya sorprendido por malo: La Reina del Sur de Pérez Reverté. Todo iba excelente, hasta que el final quedó como muy flojo, sin chiste.
21. Uno de cuentos (no valen antologías): Pues aquí voy a mencionar dos: una antología (aunque no valga) y uno de cuentos pensado de esa manera. El Principo del Placer de José Emilio Pacheco. Tengo muy buenos recuerdos de ese libro, desde el cuento que tanto me cautivó 'Tenga para que se entretenga' hasta la versión dramatizada que hicimos en segundo de secundaria de 'La Garra', donde fui la actriz principal y me valió el óscar de papel a la mejor actriz. Hay una antología muy chida de escritores mexicanos que se llama Atrapados en la Escuela, de donde recuerdo cuentos muy memorables que me inspiraron a escribir dos tres cuentillos.
22. Uno de poemas (no valen antologías): Recuerdo la admiración que me provocaba Agustín Cadena, mi maestro en la universidad de Corrientes generales de la literatura española y cómo era capaz de hablar de cualquier tema y de mencionar bibliografías de páginas enteras sobre el tema. Un día, en una feria del libro, me encontré Orgía de Palomas un libro de poemas escrito por él.
23. Uno que le gustaría volver a leer en su vejez: Tal vez El Lobo de Mar de Jack London. Un libro que significó mucho en mi vida universitaria, pues Agustín Cadena me invitó a participar en la mesa redonda por la presentación de la versión de Océano.
24. Uno que no le prestaría a nadie: Nunca presto libros porque dicen por ahí que pendejo quien presta un libro, pero más pendejo quien lo devuelve.
25. Uno para aprender a perder: Eso me suena a onda de autosuperación quién-se-llevó-mi-queso-juventud-en-éxtasis-caldo-de-pollo-para-el-alma, pero también me recuerda al libro ¡Pantaletas! antes mencionado.
26. Uno que asocie con la música que le gusta: Diablo Guardián de Xavier Velasco. Esa novela me gustó básica y primordialmente por la referencia a la versión de The Passenger de Iggy Pop, aunque también mencionaba otras bandas. Aparte me acordé de un libro que perdí por prestar (sí, sí, tonta de mí) que cuenta todo el paseo de las bandas indie desde Velvet Underground hasta Godspeed You! Black Emperor, Radiohead, Tortoise, Boards of Canada y la mayoría de repertorio de la disquera Matador Records. El libro se llama algo de Teen Spirit: un viaje por el underground o el indie.
27. Un libro que le regalaron y no le gustó: Cantidades... la gente cree que regalar libros es 'enchílame éstas' o que uno tiene gustos parecidos en literatura a los de la persona que lo compra para regalarlo. El libro que pienso cuando llego a este punto esuno que una vez me regalaron sobre hadas, duendes y no sé qué tantas mamadas.
28. Uno que lo haya asustado: Pues muchos, la verdad tengo mente frágil para el miedo y me puedo asustar desde leyendo antologías de leyendas hasta cuentos de terror. Recuerdo uno basado en un caso real de posesión demoníaca de una casa. Y lo recuerdo porque hay un pasaje que se me quedó tan grabado que a la fecha pienso en él y me da miedo.
29. Uno que se haya robado: Tiene que ser Estúpido Hombre Blanco de Michael Moore. Una tía me lo había prestado y me lo iba a quedar, pero me cachó. Libro divertidísimo, por cierto.
30. Uno que pueda salvar vidas: Hahaha bueno, este no lo he leído, pero en el caso de un apocalipsis zombie, bien podría salvarlas: The Zombie Survival Guide de Max Brooks. Así que ahora saben qué regalarme. Quiero y necesito leerlo.
1. Uno que leyó de una sentada: How to Be An Alien de Georges Mikes. Es un libro tan pequeñito y sencillo que se lee rapidísimo. Encima, es muy divertido, pues se trata de observaciones de un extranjero que se nacionaliza inglés y hace algunos 'comentarios' sobre la cultura inglesa.
2. Uno que se haya demorado mucho en leer: Uff, pues a veces por el tiempo que me deja el trabajo me tardo muchísimo leyendo los libros, pero sin duda tiene que ser La Puta de Babilonia, de Fernando Vallejo, que me tardé como 6 meses en terminar.
3. Uno que sea un placer culposo: Meh. No me importa lo que digan, a mí sí me gustan los libros de Harry Potter. Obvio no soy fan from hell de HP pero los libros sí me gustan. A pesar de lo que muchas personas piensen, están bien narrados.
4. Uno que le gusta a todos menos a usted: La Piel del Tambor de Arturo Pérez Reverté. Recién publicado, todo mundo hablaba maravillas de esa novela, pero la verdad es que nunca pude terminarla. Me pareció sosa y aburrida.
5. Uno de viajes: Pues no es exactamente de viajes, pero se me vino a la mente uno que me prestaron una vez, de José Agustín, de unos chicos que van al interior de un cerro y tienen todo un reencuentro con la cultura de los antepasados (chale, sueno a reseña de solapa trasera). Sinceramente, no recuerdo el título.
6. Uno de un nobel: Pues tendría que ser Ensayo sobre la Ceguera de Saramago, gracias al cual después leí un cuento para niños del mismo Saramago que se llama La Flor Más Bella del Mundo.
7. Uno muy divertido: Si por divertido nos referimos a chistoso, tendría que ser ¡Pantaletas! de Armando Ramírez. El Maciosare y sus mega ideas de poner un súper negociazo de pantaletas, llamado el Papayón, a partir de las nachas de su novia de toda la vida, La Chancla. (Se me quedó muy grabada la cita de 'Y la Chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar...' y al ratito ya le está dando de nuevo sus arrimones...)
8. Uno para leer por fragmentos: No entiendo esta pregunta, pero se me ocurrió Illuminated Poems con poemas de Allen Ginsberg e ilustraciones de Eric Drooker. Las ilustraciones valen tanto la pena como los poemas y se puede ir leyendo un poema por día, así como masticando y rumiando las ideas que se mezclan con las ilustraciones.
9. Uno con una excelente versión cinematográfica: La verdad es que aquí no se me ocurre ninguno... porque normalmente, las películas y los libros me resultan algo muy diferente unos de otros y no es que me guste más la versión cine o la versión en papel, simplemente son diferentes. Probablemente pensaría en Drácula.
10. Uno con una pésima versión cinematográfica: Siempre que me preguntan si me gusta Naranja Mecánica (la película) respondo que no. Después de leer la novela de Anthony Burgess es una grosería ver la película y darse cuenta que el famoso capítulo 21 resulta totalmente ignorado en la versión en cine de Kubric. ¡Si ese capítulo es el que le da la última vuelta de tuerca para que quede bien apretado!
11. Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar: Tal vez no 'motivarme' en el sentido estricto de la palabra, pero sí me hizo ver un lugar con ojos completamente distintos y me movió ser más observadora. Cuando viví en Rouen, compré un libro que se llama Rouen Erotique, que era como un recorrido turístico pero con ojos maldosos de los lugares más comunes de la ciudad para descubrir desnudos y cosas tan asombrosas como perillas de puerta en forma de seno o de pene.
12. Una biografía: No me gustó, pero la leí por curiosidad y fue una biografía de Kurt Cobain. Afortunadamente, ese libro no era mío.
13. El primer libro que leyó en su vida: Hmm, no lo sé, pero tuvo que haber sido uno de cuentos de la colección que aún conservo. Casi todos son versiones traducidas por José Emilio Pacheco y mis padres juran y perjuran que a la tierna edad de tres años, ya leía los libros vorazmente. (Yo más bien juro que me aprendía palabra por palabra, aunque no puedo explicar cómo, como dice mi mamá, iba señalando con el dedo la palabra que mencionaba en ese momento).
14. Uno que haya odiado hace años y hoy admira: Tiene que ser El Perfume de Patrick Suskind. En mis años adolescentes intenté leerlo y no pude porque era demasiado espeso para mí. Luego, estando en Francia, me tocó la versión en cine y me gustó tanto que comencé a leerlo y hoy me encanta. Esas descripciones de los olores tan poderosas que de verdad sientes que estás oliendo el pescado podrido no las he podido encontrar en otro libro.
15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega: Esta pregunta sí está difícil. No hay un libro del que hoy reniegue, únicamente que ya no considere tan bueno como hace algunos años, pero no puedo pensar en uno. Aunque lo primero que pensé fue Como Agua para Chocolate de Laura Esquivel.
16. Uno ruso que sí haya leído: No me crucifiquen, pero novelas rusas no he leído. Aunque sí recuerdo haber leído un cuento de... hmmm, creo que fue Tolstoi de un niño que escribe cartas a su abuelo... ¿o era al revés?
17. Uno de este año: Pues ahora mismo leo Abraham Lincoln Vampire Hunter, de Seth Grahame-Smith, regalo de cumpleaños de Pablo y me está gustando mucho. El estilo narrativo me tiene pegada, aunque debo confesar que gracias al pinche trabajo y otras actividades no tengo mucho tiempo para dedicarle.
18. El que más veces ha leído: Tiene que ser La Historia Interminable, de Michael Ende. Debí haberlo leído unas 15 veces en mi pubertad (Y no, no porque mis papás no tuvieran dinero para comprarme otro :P)
19. Uno que lo haya sorprendido por bueno: Delirio de Laura Restrepo. Ganó el Alfaguara de literatura en 2001, si no me equivoco, un año en que la crisis llegó a las editoriales porque mucha gente estaba dejando de leer. Me lo regalaron y no esperaba gran cosa del libro, pero lo leí y realmente me fascinó.
20. Uno que lo haya sorprendido por malo: La Reina del Sur de Pérez Reverté. Todo iba excelente, hasta que el final quedó como muy flojo, sin chiste.
21. Uno de cuentos (no valen antologías): Pues aquí voy a mencionar dos: una antología (aunque no valga) y uno de cuentos pensado de esa manera. El Principo del Placer de José Emilio Pacheco. Tengo muy buenos recuerdos de ese libro, desde el cuento que tanto me cautivó 'Tenga para que se entretenga' hasta la versión dramatizada que hicimos en segundo de secundaria de 'La Garra', donde fui la actriz principal y me valió el óscar de papel a la mejor actriz. Hay una antología muy chida de escritores mexicanos que se llama Atrapados en la Escuela, de donde recuerdo cuentos muy memorables que me inspiraron a escribir dos tres cuentillos.
22. Uno de poemas (no valen antologías): Recuerdo la admiración que me provocaba Agustín Cadena, mi maestro en la universidad de Corrientes generales de la literatura española y cómo era capaz de hablar de cualquier tema y de mencionar bibliografías de páginas enteras sobre el tema. Un día, en una feria del libro, me encontré Orgía de Palomas un libro de poemas escrito por él.
23. Uno que le gustaría volver a leer en su vejez: Tal vez El Lobo de Mar de Jack London. Un libro que significó mucho en mi vida universitaria, pues Agustín Cadena me invitó a participar en la mesa redonda por la presentación de la versión de Océano.
24. Uno que no le prestaría a nadie: Nunca presto libros porque dicen por ahí que pendejo quien presta un libro, pero más pendejo quien lo devuelve.
25. Uno para aprender a perder: Eso me suena a onda de autosuperación quién-se-llevó-mi-queso-juventud-en-éxtasis-caldo-de-pollo-para-el-alma, pero también me recuerda al libro ¡Pantaletas! antes mencionado.
26. Uno que asocie con la música que le gusta: Diablo Guardián de Xavier Velasco. Esa novela me gustó básica y primordialmente por la referencia a la versión de The Passenger de Iggy Pop, aunque también mencionaba otras bandas. Aparte me acordé de un libro que perdí por prestar (sí, sí, tonta de mí) que cuenta todo el paseo de las bandas indie desde Velvet Underground hasta Godspeed You! Black Emperor, Radiohead, Tortoise, Boards of Canada y la mayoría de repertorio de la disquera Matador Records. El libro se llama algo de Teen Spirit: un viaje por el underground o el indie.
27. Un libro que le regalaron y no le gustó: Cantidades... la gente cree que regalar libros es 'enchílame éstas' o que uno tiene gustos parecidos en literatura a los de la persona que lo compra para regalarlo. El libro que pienso cuando llego a este punto esuno que una vez me regalaron sobre hadas, duendes y no sé qué tantas mamadas.
28. Uno que lo haya asustado: Pues muchos, la verdad tengo mente frágil para el miedo y me puedo asustar desde leyendo antologías de leyendas hasta cuentos de terror. Recuerdo uno basado en un caso real de posesión demoníaca de una casa. Y lo recuerdo porque hay un pasaje que se me quedó tan grabado que a la fecha pienso en él y me da miedo.
29. Uno que se haya robado: Tiene que ser Estúpido Hombre Blanco de Michael Moore. Una tía me lo había prestado y me lo iba a quedar, pero me cachó. Libro divertidísimo, por cierto.
30. Uno que pueda salvar vidas: Hahaha bueno, este no lo he leído, pero en el caso de un apocalipsis zombie, bien podría salvarlas: The Zombie Survival Guide de Max Brooks. Así que ahora saben qué regalarme. Quiero y necesito leerlo.
domingo, 6 de junio de 2010
El beso
Habías prometido que el primer beso sería inolvidable y que pediría más. Lo dudé. La experiencia me decía que las personas que aseguraban besar bien en realidad lo decían para convencerme de que sí lo hacían bien. No buscaba un beso atascado, de esos donde la lengua de la otra persona llegaba hasta mis anginas. Tuve miedo de que ese fuera en realidad tu estilo.
Me buscabas la mirada insistentemente. Mi nerviosismo me impedía sostenértela más de algunos segundos. Sentía la sangre agolparse en mis mejillas cuando tus ojos se encontraban con los míos, entonces huía de ellos. Comenzabas a hablar cada vez más bajo, buscando que me acercara a ti más y más. Cuando nos encontrábamos a tan sólo unos centímetros de distancia, tu voz se alzaba nerviosa y te alejabas. No podía soportarlo más, cada vez que te acercabas peligrosamente me daban ganas de recorrer esos 5 centímetros que nos separaban y buscarte yo. Controlé mi ansiedad y esperé, esperé pacientemente hasta que te decidieras a dar el paso tú.
Juraba que la siguiente vez que me miraras, sostendría tu mirada y esa sería la señal. ‘Controla el rubor, tan sólo unos segundos más, míralo a los ojos dile que lo deseas’ insistía mi cabeza, pero cuando lo hacías, el corazón se me aceleraba y ahí estaba de nuevo el calor.
Hablamos de todo y de nada. Sinceramente, no recuerdo una sola palabra de todo lo que hablamos, de las horas que pasamos sentados uno frente a otro. Me tocaba el cuello, tratando de hacerte fijar la vista en él. Despacio iba subiendo la mirada para encontrar tus ojos, reparaba unos segundos en tus labios, mordía los míos, tal vez nerviosamente, pues tú no parecías darte cuenta de dicha señal. Reías.
De pronto, estiraste el brazo y retiraste un mechón de cabello que caía sobre mi rostro. ‘Es aquí’, me dije. Mi corazón se aceleró. Pensé que tomarías mi hombro y me jalarías hacia ti. Retiraste el brazo y con él, mis esperanzas de que ese fuera el momento. Te miré a los ojos, sin ruborizarme. Me devolviste la mirada, la sostuviste por algunos segundos. Te acercaste. Estiraste el brazo y me envolviste con él. Buscaste mi boca y ahí fue.
La suavidad de tus labios me descontroló. La humedad de tu boca era perfecta, exacta. Un temblor recorrió mi espina. El roce de nuestras lenguas lo hizo perfecto. El beso era el preámbulo perfecto de lo que pasaría más tarde.
Así sentados, uno al lado del otro, nos quedamos en silencio varios minutos luego de separarnos. Tu mano acariciaba mi brazo desnudo y de vez en vez, llegaba hasta mi cabello. Esta era la noche perfecta.
Volvimos a besarnos, pasando cada vez más tiempo inmersos en la humedad, rozando nuestras lenguas. Las caricias se iban haciendo más profundas. Bajaste una mano por mi brazo, la colocaste en mi regazo, sobre la mía y dudaste. La metiste por fin debajo de la blusa y sin apresurarte, la subiste despacio, sintiendo cada centímetro de piel. Al llegar a la base de mis senos, rodeaste uno y bajaste por su separación para hacer lo mismo con el otro. Nuestra respiración se aceleraba. Antes de fundirnos en un nuevo beso, cerramos los ojos y nos entregamos a una nueva caricia.
Tardaste en pasar la barrera de los besos tiernos a los besos intensos, de las caricias insinuantes a las complejas. Una de tus manos subía y bajaba suavemente entre la separación de mis senos, la otra acariciaba mi muslo insistentemente. Esa noche amé tus manos. Tus manos suaves, llenas de caricias tiernas y de chispas eléctricas.
Me buscabas la mirada insistentemente. Mi nerviosismo me impedía sostenértela más de algunos segundos. Sentía la sangre agolparse en mis mejillas cuando tus ojos se encontraban con los míos, entonces huía de ellos. Comenzabas a hablar cada vez más bajo, buscando que me acercara a ti más y más. Cuando nos encontrábamos a tan sólo unos centímetros de distancia, tu voz se alzaba nerviosa y te alejabas. No podía soportarlo más, cada vez que te acercabas peligrosamente me daban ganas de recorrer esos 5 centímetros que nos separaban y buscarte yo. Controlé mi ansiedad y esperé, esperé pacientemente hasta que te decidieras a dar el paso tú.
Juraba que la siguiente vez que me miraras, sostendría tu mirada y esa sería la señal. ‘Controla el rubor, tan sólo unos segundos más, míralo a los ojos dile que lo deseas’ insistía mi cabeza, pero cuando lo hacías, el corazón se me aceleraba y ahí estaba de nuevo el calor.
Hablamos de todo y de nada. Sinceramente, no recuerdo una sola palabra de todo lo que hablamos, de las horas que pasamos sentados uno frente a otro. Me tocaba el cuello, tratando de hacerte fijar la vista en él. Despacio iba subiendo la mirada para encontrar tus ojos, reparaba unos segundos en tus labios, mordía los míos, tal vez nerviosamente, pues tú no parecías darte cuenta de dicha señal. Reías.
De pronto, estiraste el brazo y retiraste un mechón de cabello que caía sobre mi rostro. ‘Es aquí’, me dije. Mi corazón se aceleró. Pensé que tomarías mi hombro y me jalarías hacia ti. Retiraste el brazo y con él, mis esperanzas de que ese fuera el momento. Te miré a los ojos, sin ruborizarme. Me devolviste la mirada, la sostuviste por algunos segundos. Te acercaste. Estiraste el brazo y me envolviste con él. Buscaste mi boca y ahí fue.
La suavidad de tus labios me descontroló. La humedad de tu boca era perfecta, exacta. Un temblor recorrió mi espina. El roce de nuestras lenguas lo hizo perfecto. El beso era el preámbulo perfecto de lo que pasaría más tarde.
Así sentados, uno al lado del otro, nos quedamos en silencio varios minutos luego de separarnos. Tu mano acariciaba mi brazo desnudo y de vez en vez, llegaba hasta mi cabello. Esta era la noche perfecta.
Volvimos a besarnos, pasando cada vez más tiempo inmersos en la humedad, rozando nuestras lenguas. Las caricias se iban haciendo más profundas. Bajaste una mano por mi brazo, la colocaste en mi regazo, sobre la mía y dudaste. La metiste por fin debajo de la blusa y sin apresurarte, la subiste despacio, sintiendo cada centímetro de piel. Al llegar a la base de mis senos, rodeaste uno y bajaste por su separación para hacer lo mismo con el otro. Nuestra respiración se aceleraba. Antes de fundirnos en un nuevo beso, cerramos los ojos y nos entregamos a una nueva caricia.
Tardaste en pasar la barrera de los besos tiernos a los besos intensos, de las caricias insinuantes a las complejas. Una de tus manos subía y bajaba suavemente entre la separación de mis senos, la otra acariciaba mi muslo insistentemente. Esa noche amé tus manos. Tus manos suaves, llenas de caricias tiernas y de chispas eléctricas.
jueves, 29 de abril de 2010
Tenía razón
Tenía razón R. Leí todo lo que escribí aquí en un ratito y casi me orino de la risa.
A más de un año, es increíble como mi vida estaba envuelta en tanto drama y ahora está tranquila. Sigo divirtiéndome mucho, eso nunca dejaré de hacerlo, aunque de repente me gane el lado amargueitor, pero por encima de todo, soy feliz y no extraño pero ni tantito todas estas cosas, ni el drama ni nada.
A mí sí me llegó el fin del mundo, pero no fue tan violento como esperaba.
jueves, 9 de abril de 2009
If you'd been a dog...
If you'd been a dog,
They would've
Drowned you at birth....
Radiohead, Knives Out
*¿Recuerdas el momento en que le agarraste tanta tirria? Llegaste a pensar que podía ser tu gran amor...*
Fue cuando ya me estaba dumiendo y él quería 5 minutos más.
Fue cuando cada vez que quería discutir un asunto serio conmigo, me llevaba a un bar
Fue cuando comenzó a cuestionarme en exceso el no querer estar con él.
Fue cuando ofrecí mi amistad, él la aceptó, pero no supo cuidarla.
Fue cuando insistía una y otra vez que las razones que yo le daba para no estar juntos eran insuficientes.
Fue la noche en que tuve que bajarme de su coche en pleno T por miedo a que me golpeara o violara.
Fue el 27 de diciembre, cuando llevó ese paquete hasta mi casa y dentro ese dibujo horrible.
Fue cuando quiso pasar por encima de lo que yo quería y sentía para decirme que él estaba y se sentía muy mal.
Fue cuando dijo que él no había hecho nada, que su único error había sido expresar lo que sintió en un momento de odio.
Fue cuando criticó a mis compañeros y amigos.
Fue cuando quiso que yo fuera propiedad suya y no su igual.
Fue cuando menospreció mi capacidad intelectual.
Fue cuando quiso hacer su voluntad.
Fue cuando no vio razones suficientes para que todo acabara.
Fue cuando se puso en plan víctima.
Fue cuando su necedad sobrepasó el NO QUIERO VERTE, NO PIENSO VOLVER.
Fue cuando le escribí KNIVES OUT y él se empeñó más y más...
Más bajo no se puede caer.
*Pronta resignación para él*
*Sugarskull y Bitch*
They would've
Drowned you at birth....
Radiohead, Knives Out
*¿Recuerdas el momento en que le agarraste tanta tirria? Llegaste a pensar que podía ser tu gran amor...*
Fue cuando ya me estaba dumiendo y él quería 5 minutos más.
Fue cuando cada vez que quería discutir un asunto serio conmigo, me llevaba a un bar
Fue cuando comenzó a cuestionarme en exceso el no querer estar con él.
Fue cuando ofrecí mi amistad, él la aceptó, pero no supo cuidarla.
Fue cuando insistía una y otra vez que las razones que yo le daba para no estar juntos eran insuficientes.
Fue la noche en que tuve que bajarme de su coche en pleno T por miedo a que me golpeara o violara.
Fue el 27 de diciembre, cuando llevó ese paquete hasta mi casa y dentro ese dibujo horrible.
Fue cuando quiso pasar por encima de lo que yo quería y sentía para decirme que él estaba y se sentía muy mal.
Fue cuando dijo que él no había hecho nada, que su único error había sido expresar lo que sintió en un momento de odio.
Fue cuando criticó a mis compañeros y amigos.
Fue cuando quiso que yo fuera propiedad suya y no su igual.
Fue cuando menospreció mi capacidad intelectual.
Fue cuando quiso hacer su voluntad.
Fue cuando no vio razones suficientes para que todo acabara.
Fue cuando se puso en plan víctima.
Fue cuando su necedad sobrepasó el NO QUIERO VERTE, NO PIENSO VOLVER.
Fue cuando le escribí KNIVES OUT y él se empeñó más y más...
Más bajo no se puede caer.
*Pronta resignación para él*
*Sugarskull y Bitch*
miércoles, 8 de abril de 2009
Eternal Sunshine
A veces me da nostalgia por viejos tiempos.
Y extraño a alguien que no debería extrañar.
Y es difícil saber que lo extraño porque sé que no volverá.
Creo que muy en el fondo sé que por más que haga, diga e intente, él no dará su brazo a torcer. Me parece que lo dije bien así: él es 10 veces más orgulloso que yo.
No quiero ni siquiera nombrarlo.
Pónganle el nombre que quieran ustedes.
Leo y releo los posts que he ido dejando atrás y entonces me acuerdo del por qué ya no es como fue.
Tomo valor y me digo: tus respuestas están aquí, tú misma las tienes, ya las sabes.
Acepto.
No, no puedo aceptarlo.
Vuelvo a aceptarlo.
Retrocedo como el cangrejo.
Mi cabeza explotará con tantas preguntas.
Mis ojos se sienten enormes con tantas lágrimas contenidas.
¿Para qué llorar?
Lo hecho, hecho está.
Los pasos no se pueden desandar.
Pero si tan sólo pudiera regresar a hace exactamente un año... sabiendo lo que ahora sé, habiendo visto lo que he visto.
No tomaría las mismas decisiones.
Pero tampoco te valoraría como ahora lo hago.
Seguiría quejándome.
Tal vez retrocedería aún más.
Tal vez borraría todo lo que he vivido los pasados 2 años.
Me hubiera gustado conocerte después de Francia.
Tal vez la historia sería distinta y no habríamos cometido tantos errores.
Pero no existe el 'y si hubiera...'
Me gusta pensar que en una dimensión paralela, aún somos felices, tú y yo, juntos, como esa tarde en que me dijiste que me amabas, mientras la luz del sol a punto de morir se tornaba rojiza al entrar por mis cortinas. Tus ojos y los míos conectados, cerrados en una sola mirada.
Sigues tan vivo en mi imaginación...
Sé que te has hecho el propósito de no perdonarme, de olvidarme, de enterrarme y contra eso, ya nada puedo hacer.
Sé que debo hacer lo mismo y amarrarme los ovarios para ya dejarte en paz.
No puedo darle vuelta a la página.
No puedo borrarte, ni borrar mis recuerdos de tí.
Quiero hacerlo.
Quiero hacerlo, porque no merecemos cargar con el fantasma de lo que fuimos.
Te lo he dicho ebria, pero ahora te lo digo sobria: te amo y en verdad, no sólo a veces, te extraño.
Y extraño a alguien que no debería extrañar.
Y es difícil saber que lo extraño porque sé que no volverá.
Creo que muy en el fondo sé que por más que haga, diga e intente, él no dará su brazo a torcer. Me parece que lo dije bien así: él es 10 veces más orgulloso que yo.
No quiero ni siquiera nombrarlo.
Pónganle el nombre que quieran ustedes.
Leo y releo los posts que he ido dejando atrás y entonces me acuerdo del por qué ya no es como fue.
Tomo valor y me digo: tus respuestas están aquí, tú misma las tienes, ya las sabes.
Acepto.
No, no puedo aceptarlo.
Vuelvo a aceptarlo.
Retrocedo como el cangrejo.
Mi cabeza explotará con tantas preguntas.
Mis ojos se sienten enormes con tantas lágrimas contenidas.
¿Para qué llorar?
Lo hecho, hecho está.
Los pasos no se pueden desandar.
Pero si tan sólo pudiera regresar a hace exactamente un año... sabiendo lo que ahora sé, habiendo visto lo que he visto.
No tomaría las mismas decisiones.
Pero tampoco te valoraría como ahora lo hago.
Seguiría quejándome.
Tal vez retrocedería aún más.
Tal vez borraría todo lo que he vivido los pasados 2 años.
Me hubiera gustado conocerte después de Francia.
Tal vez la historia sería distinta y no habríamos cometido tantos errores.
Pero no existe el 'y si hubiera...'
Me gusta pensar que en una dimensión paralela, aún somos felices, tú y yo, juntos, como esa tarde en que me dijiste que me amabas, mientras la luz del sol a punto de morir se tornaba rojiza al entrar por mis cortinas. Tus ojos y los míos conectados, cerrados en una sola mirada.
Sigues tan vivo en mi imaginación...
Sé que te has hecho el propósito de no perdonarme, de olvidarme, de enterrarme y contra eso, ya nada puedo hacer.
Sé que debo hacer lo mismo y amarrarme los ovarios para ya dejarte en paz.
No puedo darle vuelta a la página.
No puedo borrarte, ni borrar mis recuerdos de tí.
Quiero hacerlo.
Quiero hacerlo, porque no merecemos cargar con el fantasma de lo que fuimos.
Te lo he dicho ebria, pero ahora te lo digo sobria: te amo y en verdad, no sólo a veces, te extraño.
jueves, 26 de febrero de 2009
No hero in her skies
He olvidado lo que se siente tener un millar de mariposas furiosas en el estómago... esa casi náusea placentera que es enamorarse. La última vez que lo hice sentí la mitad de cosas que la vez anterior y un cuarto de lo que sentía la penúltima vez.
Sueño todas las noches con alguien que en nada se parece a la gente que conozco. ('Til I find somebody'). Sí, la vida es benevolente conmigo la mayoría de las veces.
Ser deseada por adolescentes calientes me hace sentir tener la sartén por el mango. Cada vez que me gritan 'bombón' o 'mamacita' cuando voy por la calle (sí, por fin me acostumbré a eso también...) me siento fuerte...
Pero cada vez pienso si en algún lugar lejano, si en algún punto y en algún momento habrá alguien esperándome que me haga de nuevo temblar las piernas, que se convierta en el objeto de mi deseo y que me inspire... ¿Habrá alguien por quien pueda volver a perder la cabeza?
A veces pienso que ese sentimiento emocionante sólo era producto de las hormonas y que ahora es imposible sentir de nuevo ese poder inmovilizador con la misma fuerza...
Y me pregunto si en estos momentos no sería prudente dar la razón a quienes han dicho que soy depresiva... (mientras no me llamen deprimente...) ¿Será tonto buscar revivir ese perder la cabeza? ¿Será inútil? ¿Será el síndrome de Peter Pan? Tal vez me niego a creer que he crecido y que parte de lo que he tenido que dejar atrás sea ese sentir tan profundamente. ¿Me estaré volviendo una piedra?
Carajo, sólo quiero alguien que me inspire a hacer cosas que hace mucho o nunca haya hecho, pero ya nada ni nadie me emociona así... No hay héroes ya.
martes, 23 de septiembre de 2008
No more complaints
Había una vez una Chloè que comenzaba a volverse una viejilla amargosa, de esas horrorosas que son tan fastidiosas como el ruido de la fresa perforando diente. Esta vieja Chloè se quejaba absolutamente de todo. Todo. TODO. Pues al parecer no estaba muy a gusto con la forma que estaba tomando su vida a esas alturas. Mucha gente decía que más que amargosa, era ambiciosa, pues siempre quería más de lo que tenía y no se conformaba con nada de lo que la vida le ofrecía. BitterChloè se pasaba los días pensando únicamente en todo lo que le molestaba y jamás en lo que la hacía feliz, por ello creía que huir era una buena opción. Lo tenía todo planeado: un buen día, tomaría sus cosas y se iría ahí donde su dedo sobre el Globo Terráqueo había apuntado aquella vez en el estudio del papá de Ciappa Destra. Desaparecería un tiempo, sin dar mayores informes, pensaría y comenzaría de nuevo en otro lugar; sin embargo, para que ese plan se llevara a cabo, hacían falta un par de cosas: dinero y un plan.
BitterChloè estaba consciente de ello y en realidad se negaba a huir así como así; aunque realmente no veía mucha opción para poner remedio a su situación de descontento. Lo pensaba y lo repensaba. 'Un día,' se decía una y otra vez, 'un día tomaré mis cosas y adiós...' y se dedicaba a rumiar su descontento mientras sus planes iban tomando forma.
En el proceso, BitterChloè conoció a un hombre que le devolvió una imagen parecida a la de sí misma y su visión cambió. Se olvidó de la amargura que la rodeaba y comenzó a ver poco a poco los colores brillantes que hace tanto tiempo no veía. Supo reconocerlos, sin embargo los aceptó con mucha cautela, pues su experiencia le dijo que no todo lo que brillaba era oro.
Paso a paso, Chloè fue deshaciéndose de todo aquello que le molestaba en un principio y su humor se fue modificando con cada paso. Dejó de ser triste, gris, amargosa y quejumbrosa. Comenzó a valorar cosas que hace mucho había valorado, pero a las que les había perdido el sentido y recuperó energías para hacer tareas que antes le parecían irrealizables.
Sigue dando pasitos de bebé, pues tuvo que re-educarse en muchos sentidos, como en el sentimental, pues poco a poco se había acostumbrado a dejar morir lo que sentía por pensar que probablemente era una inconforme y que su camino correcto era conformarse con lo que la vida le presentaba.
Chloè reflexionó incluso sobre las quejas y los argumentos de su amiga la Yahui y se dio cuenta que probablemente, pero no en todo, Yahui tenía razón. En otro tiempo y en otro lugar, BitterChloè habría dicho que tenía la razón y que Yahui podía irse por un tubo y ahí fue donde Chloè, con ayuda del hombre que había conocido, cambió el rumbo del camino.
Ahora Chloè ya no piensa en huir, sino en enfrentar las cosas, una a una y paso a pasito para poder ir decidiendo lo que quiere hacer de su vida, pues sabe bien lo que no quiere, pero para llegar a lo que quiere, le faltan aún muchos kilómetros.
lunes, 16 de junio de 2008
Ruptura
No mentiré diciéndote que no vi tu mensaje sino hasta hoy. Lo ví anoche. Lo leí y lo releí, escuché y escuché y pensé mucho. Hoy respondo, porque es lo correcto.
Pensé esperar a que se te pasara el coraje para poder hablar contigo, pero creo que así sea hoy o dentro de un mes, el resultado será el mismo. Sé que te lastimé y te estoy lastimando, no sabes el dolor que siento al hacerlo y saberlo. Sólo creo que debes saber el por qué. Respeto tu decisión de no querer hablarlo, pero lo que no voy a aceptar es que te cierres a no saber lo que quiero decirte.
Pienso que hacerte pasar por mis ciclos de manía en que quiero botarlo todo e irme, que además se repiten con mucha insistencia, no es mi idea de lo que quiero que obtengas de mí. Quisiera poder ser siempre la mujer que buscas, de quien te enamoraste, la mujer divertida y con quien podías pasar toda una noche sólo hablando y hablando, siendo tú; aquélla mujer que no te juzgaba, sino trataba sólo de darte lo mejor de sí. Con mucha tristeza veo que me he convertido en un ser amargado y quejumbroso contigo. Y pecaría de egoísta si te hago pasar una y otra vez por ello hasta que llegue el día en que te canses. Prefiero que conserves los pocos buenos recuerdos que pudieras tener de mí y no que termines odiándome, como tarde o temprano pasaría si, montada en mi egoísmo, te hiciera vivirme con todo lo malo que ahora tengo, aún si en ello me arriesgo a perderte.
No quiero que ni tú ni yo vivamos en función del otro, haciendo de sus éxitos, los nuestros, y de su vida, nuestro camino, sacrificando en el proceso lo que somos y lo que queremos, porque por mucho que nos amemos, a la larga saldrán a relucir los reproches. No podría darte la pena de que tuvieras a tu lado una mujer que viva en el 'pudo ser y no fue'; no quiero que cargues la culpa de haber sido el causante de mi mala toma de decisiones.
En mi cabeza ha dado vueltas una idea desde hace ya algún tiempo: quiero buscar irme de nuevo. Al pensarlo, tus palabras resuenan también en mi cabeza, aquellas que dijiste cuando te conté que quería quedarme algo más de tiempo en Francia: 'No creo poder soportar más tiempo así'. Y yo tampoco sería capaz de hacerte pasar una vez más por ello.
Sé que debes estarme odiando por haber tomado esta decisión. Sé que ahora no entiendes y quisieras pensar que es sólo un mal sueño. También sé que por más que te lo pida, no podrías ser mi amigo, pero sólo te recuerdo que las cosas no son sólo negras o blancas, hay matices en medio y que ser amigos es sólo una más de las opciones que tengo y ofrezco para seguirte teniendo en mi vida sin exigirte nada a cambio. Ser amigos se escucha fácil, pero exigirá de ambos cosas que tal vez en este momento no estés dispuesto a dar. Lo entiendo. Lo respeto. Mas sábete que para tí, siempre hay, hubo y habrá un lugar.
Te quiere,
Chloè Cihuacóatl Guibert
Pensé esperar a que se te pasara el coraje para poder hablar contigo, pero creo que así sea hoy o dentro de un mes, el resultado será el mismo. Sé que te lastimé y te estoy lastimando, no sabes el dolor que siento al hacerlo y saberlo. Sólo creo que debes saber el por qué. Respeto tu decisión de no querer hablarlo, pero lo que no voy a aceptar es que te cierres a no saber lo que quiero decirte.
Pienso que hacerte pasar por mis ciclos de manía en que quiero botarlo todo e irme, que además se repiten con mucha insistencia, no es mi idea de lo que quiero que obtengas de mí. Quisiera poder ser siempre la mujer que buscas, de quien te enamoraste, la mujer divertida y con quien podías pasar toda una noche sólo hablando y hablando, siendo tú; aquélla mujer que no te juzgaba, sino trataba sólo de darte lo mejor de sí. Con mucha tristeza veo que me he convertido en un ser amargado y quejumbroso contigo. Y pecaría de egoísta si te hago pasar una y otra vez por ello hasta que llegue el día en que te canses. Prefiero que conserves los pocos buenos recuerdos que pudieras tener de mí y no que termines odiándome, como tarde o temprano pasaría si, montada en mi egoísmo, te hiciera vivirme con todo lo malo que ahora tengo, aún si en ello me arriesgo a perderte.
No quiero que ni tú ni yo vivamos en función del otro, haciendo de sus éxitos, los nuestros, y de su vida, nuestro camino, sacrificando en el proceso lo que somos y lo que queremos, porque por mucho que nos amemos, a la larga saldrán a relucir los reproches. No podría darte la pena de que tuvieras a tu lado una mujer que viva en el 'pudo ser y no fue'; no quiero que cargues la culpa de haber sido el causante de mi mala toma de decisiones.
En mi cabeza ha dado vueltas una idea desde hace ya algún tiempo: quiero buscar irme de nuevo. Al pensarlo, tus palabras resuenan también en mi cabeza, aquellas que dijiste cuando te conté que quería quedarme algo más de tiempo en Francia: 'No creo poder soportar más tiempo así'. Y yo tampoco sería capaz de hacerte pasar una vez más por ello.
Sé que debes estarme odiando por haber tomado esta decisión. Sé que ahora no entiendes y quisieras pensar que es sólo un mal sueño. También sé que por más que te lo pida, no podrías ser mi amigo, pero sólo te recuerdo que las cosas no son sólo negras o blancas, hay matices en medio y que ser amigos es sólo una más de las opciones que tengo y ofrezco para seguirte teniendo en mi vida sin exigirte nada a cambio. Ser amigos se escucha fácil, pero exigirá de ambos cosas que tal vez en este momento no estés dispuesto a dar. Lo entiendo. Lo respeto. Mas sábete que para tí, siempre hay, hubo y habrá un lugar.
Te quiere,
Chloè Cihuacóatl Guibert
domingo, 15 de junio de 2008
15
No sé qué diablos tienen los idus.
Hace tres años me encontraba frente al muerto. Llorando, sin poder rebatir nada ante su 'somos unos losers'. Sabía que él quería dejarme, tal vez no por los motivos por los que estaba exponiendo ('quiero construir algo contigo, pero no puedo llegar con las manos vacías', 'quiero que seas otra persona, Chloè, que hagas realidad ese sueño que siempre has tenido'), sintiendo un hueco en la panza, mientras escuchaba esas dolorosas palabras: era su decisión, se iba. Pasé meses llorando su ausencia (encima, Yahui y JJ me lo mencionaban) y tratando de que el mundo no se diera cuenta de lo mal que estaba. Subí de peso. Bajé de peso. Dormía el día entero. No conciliaba el sueño en toda la noche. Lloraba por horas a la vez. Lo odiaba y lo amaba al mismo tiempo. Sonaba el teléfono y mi corazón daba un vuelco, pensando que sería él, que probablemente se arrepentía y llamaba para decirme que me extrañaba tanto como yo a él. Me imaginaba en conversaciones ficticias con él. Pensaba en que debía haberle respondido algo a sus palabras tan hirientes, tan huecas, tan tontas. Podía irse al infierno, si quería...
Comencé tomando resoluciones. No podía dejar que mi vida se fuera al barranco, debía continuar, si él volvía un día, debía verme como no me había visto: feliz, radiante, serena. No repetiría la historia. Sería tonto tropezar con la misma piedra tres veces. Me sentía engañada, pero volvería a enamorarme. Volvería a sentir esa emoción. Me había destrozado, como yo había anticipado que lo haría desde aquélla llamada, un 4 de julio en plena madrugada, donde me dijo 'déjame quererte' y yo sólo le dije 'quiéreme mucho'. Pero no iba a vivir en función suya ni de nadie más. Debía buscar un camino propio, aún si eso significaba quedarme sola el resto de mi vida.
Seis meses después conocí a Jelipe. Quien me pareció extraordinariamente guapo desde que lo vi, aquella tarde del 15 de enero en Coapa (domingo, por cierto, domingo...). Pasamos cerca de 6 horas, hablando nada más en un café. Me había parecido altísimo. Sus labios gruesos y sus razgos finos podían ser mi perdición. Hablamos de proyectos. Le dije que quería irme (estaba en proceso lo de Francia, pero aún no sabía el resultado). Me impulsaba, me decía que ojalá lo lograra... 15 días después nos besábamos en el asiento trasero del coche de un amigo suyo. 15 días después gritaba a los 4 vientos que era su novia. 15 días después confesó que me amaba. Debí haber visto lo signos. El concierto de Mogwai. Bloc Party. La obligación a ir a Depeche. Las noches del Wicked, la frivolidad de su mundo. La no muy buena música que hace su banda... No había gran conexión con él, no la había, no la hubo y no lo ví. Al mes de haber llegado a Francia comenzaron los chantajes: 'no sé si pueda soportar más tiempo así', las peleas a media noche y no poder colgar hasta resolverlas, gastar miles de pesos, cientos de euros en llamadas inútiles, sólo para pelear... él diciendo 'faltan menos días para que regreses' y yo 'no quiero regresar'. No nos escuchábamos.
Hoy, 15 de junio, le he dicho que no puedo más. Lo tomó de una manera mucho más tranquila que otras veces. Sólo se dio media vuelta y se fue.
Habíamos estado viviendo tiempo extra. Habíamos estado viviendo tiempo extra.
miércoles, 4 de junio de 2008
Tierra nueva
Imagino: Que cuando las aves se posan en un cable eléctrico propiedad de una tierra distinta a la que los vio nacer... todo miran estando alertas.
Imagino: Que cuando el viento viaja y conoce la verdad sobre el punto exacto para llegar a tocar el horizonte... todo mira, todo siente, todo huele y todo escucha.
Sé: Que a mí me sucede lo mismo, y al darme cuenta de que hay un mundo fuera del mío esperando saber de mí y por supuesto yo de él, estoy alerta y todo huelo y todo escucho y todo miro y no puedo dejar pasar por alto tan hermosa manifestación del universo.
Algún día te miré y me pareciste muy sonriente. Hola.
* * *
Texto escrito por el muerto a una canadiense que conoció en la boda de su mejor amigo. Texto que me dedicó cuando le hablé de un cierto miedo que por momentos me domina. Texto que leo y releo y va teniendo más y más sentido. Hermosas manifestaciones tiene el universo siempre, pero no todas las oportunidades en que se presentan podemos verlas. ¿Coincidencia? Ando filosófica. Me pregunto a dónde iremos. Me pregunto. Me cuestiono. Me respondo. Pero no lo hablo. Algún día hablaré... algún día hablaré.
lunes, 2 de junio de 2008
Untitled
You Used to Love Me
(Escuchando: Up The Line de George Smith & Bacon Fat)
Pues ya, después del berrinche entendí que a veces la gente no sabe cómo decir adiós de una manera sana y lo hace de las formas más infantiles que se le pueden ocurrir. Lo siento, Yahui, pero para mí no es un adiós definitivo, porque sé que tarde o temprano, la vida, en algún punto, nos volverá a reunir. Tal vez miraremos atrás y las idioteces que vivimos ahora como grandes problemas y parteaguas en nuestras vidas nos harán doler la panza de la risa y entonces, tal vez, volveremos a compartir una botella (o media) de mezcal a dedalitos. Igual te quiero y lo sabes. Probablemente por las razones erróneas (como el pasado y no el presente, como el muerto y JJ y no Jelipe y Quiau), pero igual, TE QUIERO.
Qu'est-ce qu'il m'arrive? Je dors au bord de mon lit...
(Escuchando: Ce que je suis de Holden)
Estas semanas he sentido un horrible impulso de huir... de meter todo en una maleta y largarme de nueva cuenta de aquí, como lo hice una vez, aunque aquélla vez iba con algo entre las manos y no sentía ese impulso de huir. No sé, a veces creo que la vida me juega malas pasadas, recordándome lo feliz que fui a orillas del Río Sena, en aquella ciudad pequeñita, como el asteroide del Principito, junto a Ciappa Destra, junto a l'autre, junto a Mme L y su familia... de pronto sueño despierta y me imagino recorriendo de nueva cuenta las orillas del Sena, pensando en el calor que debe hacer ahora, en que en tan sólo unos días el río estará lleno de barcos de vela provenientes de todo el mundo...
Pero de nada me sirve soñar despierta y desvelarme todas las noches imaginando y pensando en un lugar donde ahora no estoy, si al día siguiente he de despertar con una cruda terrible de realidad: estoy donde estoy, haciendo lo que hago, escuchando lo que escucho y el espejo me devuelve la imagen de alguien que no sé quién es, insatisfecha, cansada, harta... ¿Pero a qué se debe dicha insatisfacción, dicho hartazgo, dicho cansancio? ¿Será que ahora gran parte de mis sueños depende de otras personas y no de mí misma? ¿Será que odio depender de alguien más que no sea la única persona que ha estado en las buenas y en las malas conmigo? Tal vez un tiempo se ha cumplido, tal vez un ciclo se ha cerrado y no he querido verlo...
Don't change your name, keep it the same
(Escuchando: AM180 de Grandaddy)
Pienso en la última vez que me sentí de este modo y me da miedo. Me da terror perder de nuevo la cabeza a esa escala. Y me da horror decir una palabra más. La razón de este congelamiento verbal prefiero guardármela, hasta no estar segura de estar haciendo lo correcto, hasta no saber que estoy con la cabeza bien puesta sobre los hombros, consciente de lo que puede pasar si me dejo llevar por ello o si no lo hago...
I wanna know how you did it
(Escuchando: Whites Only Party de The Dears)
¿Cómo hago para escribir más? ¿Cómo hago para no perder el hilo? Ya no quiero dejar de escribir tanto... ese méndigo trabajo no me reditúa tan bien y me quita mucho tiempo... ¡agh!
martes, 13 de mayo de 2008
Adiós, adiós...
Oh, the times we had...
Beirut, Postcards from Italy
Yo no sé por qué me afecta tanto este adiós, si estaba visto que entre nosotros ya no existía la más mínima conexión. Ella se empeñaba en hacerme ver que mi visión de la vida y mi entendimiento eran limitados y cerrados. Y sí, llegué a dudarlo, probablemente había algo que no estaba viendo o mi cabeza era mucho más dura de lo que yo pensaba. En realidad, no me conocía. Creo que nunca se dio el tiempo de conocerme. Pienso que pensaba conocerme por el tiempo que pasamos juntas y lo que compartimos ('Cómo fumar mota en 5 lecciones', 'Cuando vaya a Oaxaca, busque el mezcal del Oro', 'Viruta y Capulina vs. Los Imperdibles', 'El Regreso de los muertos', y una larguísima lista de etcéteras); pienso que pensaba... porque en realidad nunca me dijo ni sí ni no, ni tal vez, ni luego... ¿Qué nos unía, entonces?
Creo que a la gente la unen circunstancias y necesidad. Circunstancias porque ella se sentaba junto a mí en Corrientes Generales de la Literatura Hispánica y un día ella encontró el libro que debíamos leer y yo no. Necesidad porque ambas buscábamos qué nos motivara. All you need is love, solíamos decir. De pronto, no hubo más necesidad ni circunstancias: ella se volvió norteña y yo oriental, y no había nada que una necesitara de otra que no se pudiera cubrir mediante sustituciones. Pasó el trabajo y la obligación, pasó que siempre estuve en el último lugar de su lista de personas que le necesitan y a quienes puede servir de algo. Pasó también que la cosa más estúpida de pronto se convirtió en el pretexto perfecto. Pero ya qué más da... desde hace bastante tiempo no hicimos más que forzar las cosas y aferrarnos a algo imaginario. Tal vez por eso no duele tanto.
Cosas malas hubo muchas, quejas tengo al por mayor, pero me quedo con lo chido, me quedo con lo divertido ('¡¡¡wey, tu vieja parece Tomb Raider!!!', '¿quieren una sorpresita?', papas con chile y limón, cerveza Löwenbrau light, porque no había de otra en su tiendita de confianza, los chorrocientos mil discos que disfrutamos juntas y los que no también, las llamadas a Chalco y Mty. con aliento alcóholico, con los fines más... en fin, ya qué... y Francia, a donde ella me acompañó paso por paso, casi casi). A ella (y a su curiosidad por lo que sucedía con l'autre) le debemos la creación de este blog, otra de las muchas cosas buenas que dejó.
¿Qué le hacemos? Gente va, gente viene. Así es de cabrona la vida, y más cuando se ha decidido dejar de luchar.
lunes, 7 de abril de 2008
¿Para qué digo que no?
Pues hace un rato fui de metiche al blog de Yahui y me puse a leer las cosas que ha escrito en estos días en que no he tenido mucha oportunidad de leer por chorrocientasmil otras cosas que traigo en mi cabeza hueca... ¿y pues pa' qué digo que no, si sí?
La verdad sí me cayó la pedrada y sí me quise poner el saco... Pues ya saben, lean el mentado blog y entonces entenderán el por qué de este debrayín.
Y ahora voy a hacer una de las cosas que tanto le chocan a Yahui y voy a hablar de las cosas desde mi puntgo de vista, o sea, lo voya hacer sobre mí... ego, ego, ego. Y es que sí... sinceramente me siento mal porque creo que a veces no le doya Yahui el tiempo y los momentos que ella quiere que le dé, porque ya una vez hablamos de esto y me dijo algo que comienzo a comprender: que no quería contar conmigo sólo para ciertas cosas, sino que a veces necesitaba que yo estuviera con ella en el desmadre, que es cuando ella lo necesita. También creo que tiene razón al decir que cambiar sus planes 'sólo para que ciertas personas estén' no lo arreglaría... ¡changos! sí me siento mal con ella, sobre todo por que a fin de cuentas, sigue siendo alguien muy querido para mí, pero tampoco quiero decir que haré el esfuerzo de estar cuando ella me necesite porque eso sería hacerlo sólo porque me siento obligada a ello. Pero... tampoco quiero seguirle fallando así... chale, qué desmadre.
domingo, 30 de marzo de 2008
Tanto peca...
Ayer en la mañana cuando iba camino a la chamba me sucedió una de las cosas que más me molesta que sucedan.
En el camino de ida a la chamba, un fulano se sentó a mi lado. Al principio pensé que los empujones que me daba con las piernas eran su forma machista de decirme que quería abrir más las suyas, así que no me dejé. Luego, en un alto, sentí algo como... ¿me estaba frotando la pierna?
Pensé que sólo movía su pierna al ritmo de la música que traía el chof, me quité un audífono y... no había música.
Miré al tipo de reojo y... tenía las manos moviéndose ligeramente alrededor del... paquete.
Me dio asco.
Estaba a punto de bajar.
Sólo debía aguantar unos segundos más... que se hicieron interminables.
Ni siquiera quise dirigirle la palabra al puerco éste para que me dejara pasar para bajarme. En varias ocasiones intenté empujarlo, cambiar la pierna de posición para bloquear la suya. Pero lo que no me cabe en la cabeza es... ¿por qué no hice nada?
Hace ya unos años, golpée a un tipo en plena calle por "mamasearme", ¿por qué con este cabrón no hice nada?
Cuando me paré para pasar y bajarme, el tipo me revisó hasta el color de chones, me le quedé viendo con ojos amenazantes... hijo de puta.
El resto del día me sentí asqueada.
La gente, insisto, es un asco.
martes, 11 de marzo de 2008
Stream of consciousness
A job that slowly kills you.
Me urgen vacaciones. Ya. Ando irritable. ¿Y así quieren que una sola semana me baste para descansar? En una semana descansarán los mensos, porque en mi caso, no basta. Hago demasiadas cosas como para encima tener sólo una semana de vacaciones. No me frieguen.
Ni siquiera puedo concentrarme como debiera ni terminar las cosas que he comenzado desde hace meses por querer llegar a mi casa y ya no saber nada de nada.
She's a golden retriever
Hace unos días se llevaron a mis perros, los primeros perros que pude considerar como míos en serio, pues sus dueños no los alimentaban ni cuidaban como debían. Me los mataron a los dos. ¿Con qué fin? Que vayan y sacrifiquen a sus madres o mejor aún, que los sacrifiquen a ellos aprovechando su condición de inútiles crónicos. Mi Fox y mi Greñuda no tenían la culpa de tener unos dueños tan pen...
El viernes vi una camioneta de la perrera llena de perritos. Me puse a llorar de la tristeza. ¿Tengo corazón de pollo? No, sólo pensé en Fox y Greñuda y sus caritas de 'por favor, acaríciame' y me acordé de aquél 15 de septiembre en que corretée a Fox por el jardín en calzones y bien ebria.
Black Magic that blows your mind away
El sábado me lancé al MXBeat nomás por ver a Jarvis (y los Beastie... pa' que no me regañen). Jarvis es Jarvis y siempre lo será. Es todo un showman. Parece freak pero se mueve como dios. He blew my mind away.
Tú puedes sanar tu vida
Hay una cosa que no entiendo y nunca entenderé. ¿Qué le ve la gente a las novelas y libros en general de autosuperación? Todas esas cosas ni siquiera merecen tener un lugar en las librerías... ¿Que un señor que está peor que yo pero tiene más dinero me venga a decir que existe una fórmula para ser feliz? No me vengan con mam...
Como burro en primavera
Odio que llegue la primavera. La gente en las calles se pone como burro en primavera y nomás andan viendo a ver qué sacan y de dónde... ¿por qué no se guardan sus comentarios? Mis castos oídos están hartos de "mamacita, "bombón", "corazón"... ¿por qué no aprenden al wey aquél a quien le valió verme caminar junto al muerto? Sí, él sí fue chido: me miró a los ojos, me sonrió y cantó "hello, sunshine, come into my life...". Guácala. Odio a la gente.
Welcome back, Chloè.
lunes, 21 de enero de 2008
Razones
No es que me azote y no duerma en las noches por el remordimiento o algo así. Tampoco es que de verdad haya sido un parteaguas en mi vida, ni mucho menos. Pero estuve pensando en ello. En realidad es algo constante en mi cabezota hueca, porque de cierta manera sí es una piedrota en el camino que ahora debo sortear, pues ese es un aspecto de mí misma que ahora que he tenido tiempo para revalorar(me) no me gusta mucho que digamos.
Cuando vivía en la P.C., hubo un incidente en el que ahora pienso cuando paso por ahí o cuando me sucede algo similar. Un día, cuando iba camino a la universidad, me subí en el pecero que me llevaba a T. Un mono que iba leyendo un libro me llamó la atención. Era llenito. De cabello claro y ojos grises. Él dejó su lectura y me miró. No nos sonreímos ni nada. Pasó. Llegamos a T. Todos los que íbamos en el pecero, bajamos y se me olvidó el monito. Sin embargo, al subir al pecero que me llevaría hasta la puerta de la universidad, ahí estaba de nuevo. Dejó de nuevo su lectura y me miró. Esta vez fue por más tiempo. Me siguió con la mirada hasta mi asiento y se acomodó. Siguió en su lectura, sin embargo en el trayecto, me dedicaba algunas miradas. él bajó antes que yo. Pensé que no volvería a verlo y me dí de topes por no haber buscado su mirada y sonreído.
Me gustó, sí, pero como siempre, la pena y la inexperiencia en esas cosas me ganaron (¿qué es lo correcto en esas situaciones, sentarte junto a él y preguntar alguna estupidez, como la hora aún cuando traes reloj, decir 'hola'... qué?)
Unos días o meses después, salí a correr al parquecito que quedaba detrás de mi casa: un camino de tezontle improvisado para los vecinos 'saludables'. Mi mamá salió a caminar para sentirse activa. Caminábamos juntas un rato, en lo que yo calentaba, platicábamos de cosas tontas, cuando un pastor alemán me llamó la atención. Siempre he querido un perro y me gustan los perros grandes. El animal se veía juguetón, traía una rama gruesa en el hocico y venía directo hacia nosotras. Al levantar la vista buscando al dueño, me encontré algo agradable: el mismo tipo del pecero, con su cabello claro y sus ojos grises (clavados en mí). Nos sonrío y dijo "buenos días". Le contestamos el saludo. Pasó de largo. Mi madre volteó a verme y me preguntó si lo conocía. Le dije que no (¿para qué meterse en detalles? 'Sí, mamá, sí lo conozco, no sé cómo se llama pero lo ví una vez en el pecero y me gustó'). Las dos levantamos los hombros y seguimos en lo que estábamos. Por lo visto, era mi vecino (¿demasiada coincidencia?).
Era mi hora de correr. Me separé de mi mamá y subí al caminito de tezontle para mis rigurosos 30 minutos de ejercicio. En las tres o cuatro vueltas que me daba tiempo de darle al famoso caminito me lo crucé varias veces, siempre con sus ojos grises clavados en mí. Pero la mensa de yo, en vez de sonreír, saludar o algo, me hacía güey. Trataba de encontrar el valor para decir lo que fuera. Sentí que él también buscaba el momento.
Se terminaron mis 30 minutos y fui a buscar a mi mamá. La encontré en la parte baja del caminito, caminando tranquilamente. Me reuní con ella y caminamos algunos pasos más, hasta que dijo que estaba cansada y que volviéramos a casa. En el camino, me contó que el monito se la había cruzado una vez y, de manera indirecta, preguntó por mí: "¡Ya la dejaron sola!". "No," respondió mi mamá, "anda por allá arriba corriendo". Pensé que el día siguiente sería otro día y que entonces encontraría el valor suficiente para decir hola mientras abría la reja de mi casa.
Basta decir que no volví a verlo, a pesar de que lo busqué varias veces cuando salía a correr, a él o a su perro, pero nunca más lo encontré. Pasaba por cada calle, escuchando atentamente a ver si escuchaba el ladrido de un perro grande, buscaba en cada calle una señal suya, pero nada. Salía a caminar por el caminito de tezontle a distintas horas del día, buscando si quiera verlo de lejos para saber dónde vivía y pasar más seguido, buscando contacto. Nada.
E insisto, no es algo que me quite el sueño, pero aún hoy, a no sé cuántos años de eso, paso por la P.C. y me acuerdo. Aún busco rastros suyos en las calles. Nunca ha habido nada más allá de un recuerdo. Y me doy de topes, aunque no muchos, ni muy visibles, sólo me digo "qué güey". Y no porque piense que de ahí pudo salir la relación de mi vida, tal vez sólo hubiera sido una conversación estilo "hola, ¿cómo te llamas? ¿Qué te gusta?" "El rock" "A mí el grupero" "Bueno, sale, bye". Pero ahora nunca lo sabré.
Y ésa es una de las razones por las cuales creo que bien me dice el muerto que debo arreglar mi faceta social, porque cosas como ésa me han sucedido muchas veces, no con tanto material para un post, pero es algo recurrente, desde que alguien me sonríe en la calle, lo encuentro atractivo, pero en vez de sonreír de vuelta, desvío la mirada.
jueves, 17 de enero de 2008
La neblina en las montañas.
"Te echo mucho de menos. Te quiero mucho. Eres una persona muy importante para mí... En verdad quisiera que estuvieras aquí..."
* * *
Ella nunca me habría dicho algo así de ninguna otra forma. Sé que cuando lo dijo ya se había bebido más de media botella de vino. Creo firmemente en la sabiduría popular: los borrachos y los niños siempre dicen la verdad.
* * *
Recuerdo sus ojos cafés, de enormes pestañas buscándome en la Gare de Rouen. Recuerdo con qué ternura describía mi cara de terror al encontrarme. Recuerdo esa primera vez que escuché su voz e inmediatamente me sentí tranquila, aunque apenada. Recuerdo su bigote, porque tiene bigote. Recuerdo su manera de fumar. Recuerdo su cabello corto y canoso, aunque sólo tiene 34 años. Recuerdo con que curiosidad me preguntaba sobre el viaje, sobre mis padres, sobre mi país, si tenía planes en particular, qué quería hacer, qué buscaba allí... Recuerdo cada rincón de su casa, las veces que sonrió conmigo o por mí. Recuerdo con qué afán preguntaba acerca de los fines de semana. No quería que me aburriese o sintiese sola.
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"El asistente que llegó este año es chileno. Vive en Boulingrin, donde vivía Isaí, en el Lycée Flaubert, así que apenas lo veo. Pero no me interesa llevarme con él o relacionarme con él. La única asistente que quiero eres tú".
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Me hizo parte de su familia. Por medio de la confianza. Me confió lo que ella considera lo más importante: sus hijas. Nunca recibí un abrazo de su parte, excepto el día en que nos despedimos. "No llores, que me harás llorar". No quiso ir a la Gare. Su esposo me llevó. Su esposo me despidió. Sé que volveré a verla. Sé que se ganó el lugar que ocupa.
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Sus frases más recurrentes eran: "te voy a matar" y "me cago en la mar". Yo la molestaba cuando iba a clase con el madrileño que tan mal le caía: "Tengo clase con tu amigo". Chiappa Destra tomó una foto donde salimos ella y yo con su esposo, estando ella de vacaciones. Él nos llevó a recorrer las playas de Normandía. Chiappa, al ver la foto, dijo que se llamaría "Me cago en la mar".
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"Mi madre me dio mucho dinero antes de morir para ir a verte. Sólo por eso me lo dio. Y estoy muy mal, pero iré a verte y eso me consuela sólo un poco".
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Hoy vi niebla en las montañas. Recordé el día que me llamó para ver si había visto la nieve caer la noche anterior. "Por fin conociste la nieve... ¿estás contenta?"
jueves, 27 de diciembre de 2007
28 días después
Imagina despertar un día, después de un largo sueño. Te desperezas. Todo te duele y no sabes por qué. No reconoces la habitación donde estás. Tus ojos tardan un poco en acostumbrarse a tanta luz. Tu cerebro comienza a carburar. Sientes frío. Te das cuenta que estás desnudo. Afuera no se oye un sólo ruido (¿estarás soñando? ¿habrás muerto durante tu sueño?). Te levantas. Hay varias agujas y mangueritas conectadas a tu cuerpo. Tu brazo sangra al arrancarlas. Como puedes, te escabulles al exterior. Ni un alma en las calles. Papeles y basura la cubren. De pronto, te das cuenta que la basura no es basura, sino cosas que parecen haber sido dejadas con descuido sobre el cemento. Gritas una y otra vez esperando que alguien responda. Nada. Llegas hasta una iglesia. El cura intenta atacarte. No entiendes nada. Sientes miedo. Un par de personas con bombas molotov en las manos te gritan "¡Es por aquí!", mientras una horda de gente que emite ruidos extraños y parece furiosa te persigue al tope de sus energías.
Esto es lo que sucede durante los primeros veinte minutos de 28 Days Later (Exterminio, le pusieron acá), una de las películas que durante los últimos meses ha logrado mantenerme obsesionada.
Me han preguntado varias veces qué es lo que me atrae tanto de esta película. No puedo tener una sola razón. Hay muchas, como la conexión que logra Danny Boyle entre lo visual y lo sonoro. La escena en que Jim encuentra los cadáveres de sus padres en casa, ambientada por Abide With Me, es un golpazo hasta para el más rudo. Leer el mensaje que han escrito los padres al reverso de la foto de Jim cuando era niño arranca las lágrimas. Otra favorita es la escena de Budgen's, donde Selena, Hannah, Frank y Jim encuentran las puertas abiertas y provisiones a montón, mientras se desafían a correr con los carritos del supermercado por los pasillos, llenando hasta el tope bolsas con provisiones deliciosas: chocolates, whisky, manzanas... y Grandaddy bajito, bajito al fondo con la poderosa AM180. Otra escena más para el anuario: la familia de caballos salvajes que corre en los campos, mientras Frank, Hannah, Selena y Jim comen, tristes, luego de haber perdido toda esperanza de no poder recuperar el mundo en que vivían 28 días atrás, mientras Brian Eno suelta la fabulosa An Ending (Ascent). Definitivamente hablamos de una película que tiene buena comunicación entre lo sonoro y lo visual.
Más allá de las escenas conmovedoras, no es nada más una película sangrienta. Sí, los infectados son una parte muy importante de ella, así como las persecuciones que se suscitan entre quienes ellos y los que no lo están (aún), pero creo que yendo más al fondo, la angustia que provoca no se debe solamente a lo que sabemos no ocurrirá a los personajes principales, sino que es una película que nos lleva a ponernos en su lugar. Como expectador, a veces se antoja la idea de despertar y encontrar la ciudad desierta, sin microbuseros (si yo hiciera un remake de esta película, los infectados serían seguramente microbuseros y no andarían a pincel, sino en sus microbuses infernales), sin tanta méndiga gente estresada, aunque muy probablemente no sería tan diferente de como ya es. Lo dicen en ambas partes de esta película (por cierto, la segunda no tiene nada qué ver con la primera, no está dirigida por el Boyle y es todo un cliché con C mayúscula): las cosas, si volvieran a la normalidad, no serían tan diferentes, a final de cuentas, tanto antes como después, es sólo gente matando gente.
Yo, últimamente, me trepo al micro, en mis viajes de hora y media entre mi casa y mi trabajo, le subo todo el volumen al mp3 y escucho una y otra vez el soundtrack. Me imagino que no hay nadie en las calles, que todo está desierto... y respiro tranquila, aunque me da horror pensar en que el fulano que viene roncando atrás de mí pueda ser un infectado.
Nuevo Sol
A últimas fechas traigo algo fijo en la cabeza. Quiero cambiarme el nombrecito, el problema es que no todos lo entenderían.
Pero bueno, les aviso que desde ahora Chloè, dejará de ser Chloè y ahora se transformará en Cihuacóatl (del náhuatl; cihua: mujer, coatl: serpiente). Hagan sus apuestas para ver cuánto le dura el gustito.
Pero bueno, les aviso que desde ahora Chloè, dejará de ser Chloè y ahora se transformará en Cihuacóatl (del náhuatl; cihua: mujer, coatl: serpiente). Hagan sus apuestas para ver cuánto le dura el gustito.
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