Hace dos noches tuve una exageradísima bronca con Jelipe por una cuestión que ni siquiera nos afecta. Y todo porque según él, soy cerrada. ¡Diablos! Nunca nadie me había dicho algo tan horrible... Preferiría pensar que es todo lo contrario, que abierta soy, aunque quienes me conocen no me dejarán mentir al respecto. Como Yahuitl diría, prefiero pensar que agarro la onda y que conmigo no hay que meterse en explicaciones innecesarias de es blanco o es negro. Y eso es lo que me molesta, que hay gente que por fuerza necesita las etiquetas para vivir feliz y tranquilo, como Jelipe que dice que por el simple hecho de haberme besuqueado alguna vez con una mujer y haberlo disfrutado, soy gay o probablemente bisexual. Pero es que los hombres jamás de los jamases entenderán que el órgano erótico (ya no digamos sexual) más importante es el cerebro, y no el cazzo, como los tontitos piensan. Y entonces, según la visión (cuadrada, digo yo) de Jelipe no cabe la más mínima duda de que lo hice porque soy gay. Nada de que lo hice por saber qué sentía, nada de que lo hice por traspasar mis límites y demostrarme que todo está en el coco, entre otras razones. Según él, ésa onda mía de decir que me gusta una chica que veo en la calle o que tal o cuál mujer me llama mucho la atención es porque me quiero ir a la cama con ellas y no porque la chica en cuestión me despierte un tipo extraño de erotismo en el que me imagino que se sentirá tener ésas piernas o ésas pompas o ésos labios y autoerotizarme.
Según la visión cuadrada de Jelipe, entonces, o eres o no eres. No hay nada en medio. Y yo no sé, pero me parece que de tanto poner etiquetas, un día nos vamos a quedar sin espacio.
Me molesta mucho que la gente siempre tenga qué poner etiquetas a todo para sentirse a gusto: "mi novio", "mi casa", "mi coche", "soy gay", "soy straight", "soy bi", "soy arquitecto", "soy pintor", "soy poeta"... "eres un bueno para nada", "eres un pendejo", "es una puta", "somos un equipo", "son unos idiotas", "tu chica", "mi amante", "su cuchiplanchis", "mi marido"... y un sin fin de etcéteras. Me molesta más aún que cada vez que presentas a alguien a otra persona, tienes qué especificar qué relación tienes con él, pues si no, una de las partes involucradas termina ofendida. No hay nada más fastidioso que decir "mira, te presento a Jelipe, mi novio", porque a veces se les barre y terminan diciendo nada más "mira, te presento a MI NOVIO", en especial si son chicas que te presentan a su chico, no vaya a ser que en una de ésas se los vayas a bajar. Y lo mejor es cuando escuchas una conversación entre hombres estilo: - "¿Qué onda, güey, ya andas con Paquita?" -"No seas pendejo, cabrón, es mi movida"... Alguna vez también tuve una bronca por esto con Jelipe, pues cuando ha conocido a mis amigos y familia, siempre lo presento como "Jelipe" y tan tán. Pero un día me dijo "oye, no estaría mal que al Jelipe le agregaras que soy tu novio, ya son varios los que me preguntan quién soy..." y yo bien enojada porque creo que las personas primero son personas y después todo lo que quieran ser y que si él y yo sabemos la naturaleza de nuestra relación, pues a los demás debería importarles un cazzo. Y por el contrario, cuando llego a conocer a su familia y amigos, me presenta como "mira, es mi novia, Chloé" o sea, todo al revesado, porque para colmo, según sus ideas, primero soy su novia y luego soy Chloé... ¡Pues no y no y no! Insisto, primero la individualidad y las etiquetas a la chingada, porque la naturaleza de mi relación con él es cosa que sólo a nosotros debiera importarnos.
¿Por qué es tan difícil vivir sin etiquetas? Pues porque los seres humanos necesitan de los límites que les ponen ésas etiquetas, o sea, si yo digo "es mi cuchiplanchis" pues me estoy autoponiendo el límite de no enamorarme... ¿o no? Porque de plano sería alguien con quien me daría pena admitir que ando, entonces, pues que se quede en algo más lejanito. La bronca es cuando nos salen los tiros por la culata (sin albures de ningún tipo) y entonces el famoso cuchiplanchis se transforma en la madre o padre de nuestros hijos, o el macho bien macho sale con que se resbaló y se le hizo agua la canoa...
Por eso voto por la desaparición de las etiquetas, porque no por nada dicen por ahí que cae más pronto un hablador que un cojo y eso de las etiquetas, pues es nomás por chingar.
Y a propósito de chingar... ¿tons qué, soy cerrada?
2 comentarios:
1. Etiquetas... estoy y no de acuerdo contigo, por lo que general, cuando no queremos usar las "etiquetas" es por que no nos conviene... todo esto es conveniencia vil y pura... las etiquetas son necesarias para establecer limites y no salir dañados.. asi es como lo veo yo.. pero tambien es cierto que cuando una relacion se da sin etiquetas o sin hablarlo antes, y las cosas se van dando y dando... sin etiquetas... llegara un punto que cualquiera de las dos partes necesitara la etiqueta.. es inevitable.
2. no creo para nada que seas cerrada, creo que el cerrado es el.. yo pienso que no hay nada de malo en besar a otra chica o inlcuso acostarnos con ella, siempre y cuando nosotros tengamos definido lo que queremos, y sobre todo a quien queremos, sin lastimar terceras personas... pero algo tambien inevitable es el machismo... y eso.. si esta cerrado.
Saludos,
¿cerrada?
me lleva... jajajaja, ¿qué onda con TU Jelipe? ¿en qué se está metiendo diciendo tantas barbaridades eh? luego por qué los dejan...
yo, por supuesto y como seguramente sabías, estoy de acuerdo contigo: creo que las etiquetas no se necesitan, y hasta estorban, como en este caso.
a mí me late un buen tu actitud hacia este tipo de ondas, y es una de las razones por las cuales tú y yo somos lo que somos... jeje.
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