A más de un mes que llevo aquí, apenas me estoy acomodando, más que con calzador que por dejar que las cosas sigan su cauce natural. No me gusta que sea así de forzado, pero ya me la han sentenciado, o me aclimato o me aclimuero.
Jelipe sigue haciendo berrinches porque decidí no salir con él y sus primos cada fin de semana. Sin embargo, tengo mis razones: me aburro. Últimamente la gente en general me aburre, pues no todos son como Yahui y el muerto, que me entienden porque no intentan cambiarme, sino porque en verdad les gusto como soy (a Dios gracias). Con ellos dos me siento perfectamente, protegida, tranquila... querida.
Y es que ya entendí, no es necesario que esté con el muerto para sentir que me da su amor. De hecho, prefiero quedármelo como amigo que como "presencia amorosa", pues creo que cuando hemos estado juntos se ha guardado todo lo que quiere decirme por miedo e inseguridad. Así como amigos es como si disparara balas de salva, aunque no voy a negar que sí hace que se me salga una que otra lagrimita cuando me confiesa cosas bonitas, como que todo lo que él ha creado está dedicado a sus papás y a mí.
Y hablando de sus papás... esta semana comimos todos juntos como hacíamos cuando el muerto y yo éramos algo. Debo confesar que en ningún otro lugar me siento como parte de la familia, aunque Jelipe ha hecho muchos esfuerzos parecidos. Terminando de comer las delicias que siempre prepara la mamá del muerto, ella y su papá me confesaron que me extrañaron y que ya hasta querían irme a buscar donde estuviera, pues les hice mucha falta. Eso también hizo que el gañote se me cerrara y los ojitos se me enrojecieran. El muerto me lo dice una y otra vez; tengo una familia de ése lado y aunque a veces me saque de onda, creo que es verdad. Me siento bien ahí y sé que tengo un lugar.
Con la Yahui, pues como siempre, tenemos nuestras etapas de "no te soporto" pero la última vez que la vi me sentí tan bien... y no sólo por que hicimos lo mismo que siempre hacemos (chelas, mezcal, botanita...) sino porque sé que con ella no hay tox de nada. Luego variamos un poquito, pues se fue con Jelipe y conmigo a echar fiesta y al final, dormimos todos (Jelipe, Yahui y yo) en casa del Jelipe. Antes me hubiera dado mucha pena llevarla a esos trotes, pero no porque ella me dé pena ajena, sino la bola de borrachos con los que salimos... pero creo que todo estuvo bien. Si la próxima vez Yahui se niega a ir con nosotros... bueno todo es culpa del Jelipe.
Ciappa Destra me escribe casi diario, lo cual me da mucho gusto, pero me desespera cuando se pasa de quejumbres, como últimamente. Lo peor es que la terapeo, le pido que haga algo por estar mejor y ¿qué pasa? Solita se cierra las puertas... bueno, en ése caso, no hay peor perdido que el que no quiere encontrarse.
Hoy abrí mi correo después de un buen rato de no abrirlo y me encontré con que l'autre me escribió. Para qué digo que no sentí bonito... pero no tanto porque me escribiera, sino porque me dio nostalgia de las tardes nubladas y lluviosas de N, cuando estando en su cama me tapaba casi hasta los ojos, los cerraba un momento para abrirlos al siguiente y descubrirlo mirándome y sonriendo.
Necesito eso. Necesito amor y lo estoy buscando en todos lados donde puedo.
1 comentario:
aunque un comentario no necesariamente entrega amor, sintamos como que sí.
un abrazo.
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