I’ll fake it through the day
With some help of Johnny Walker Red
Elliott Smith, Miss Misery
Estando aquí, ni siquiera reparé en que era 14 de febrero. La frialdad de los franceses del norte se pega. Pero es que estando aquí, no es como estar allá, donde la gente se vuelve medio loca en un 14 de febrero. Acá no hay los novios bien vestidos, bien perfumados, bien peinados, con las flores en la mano, los globos, los peluches, o los chocolates que van a buscar a la novia que el día de hoy anda vestida muy elegante, perfumada también y luego se van a comer o a cenar. Toda la semana anterior me estuve haciendo el recordatorio de enviarle de menos un mensajito a la Yahuitl, pues esta fecha es algo significativa para nosotros. No por el romanticismo, sino porque hace unos años pasamos juntas el peor 14 de febrero de nuestras vidas. Bueno, no sé si el peor, pero ahora que lo pienso, ¡fue chido! La Yahuitl y yo siempre hemos sido como que las anti-romance, anti-cursilerías, anti-miel, anti-ridiculeces... pero al final terminamos siendo lo más promedio que se podría ser... Sí, igual nos mandamos cartitas, tarjetitas, mensajitos de “te quiero”, “nunca cambies”, “eres mi mejor amiga”, “vales mil” y lo mejor de todo: la excusa es “eres la única a la que se lo puedo decir”. Bueno, claro, aparte de los respectivos (cuando los hay). En estas fechas no puedo evitar recordar los últimos no sé cuántos 14’s de febrero que he tenido, pero el top three de los que más recuerdo es:
3) Aquél 14 de febrero donde terminé toda pacheca y ebria con media botella de Charanda (juro que no sabía que se combinaba), regalo por supuesto de la Yahuitl, observando las arrugas de mis manos por ¡horas! Luego de que el muerto me había prometido pasar todo el día juntos, echando pasión y al final llegó... ¡con su sobrina de chaperona! Y lo mejor de todo: ¿quién pagó los helados para los tres? Puedo asegurar que no fueron ni la sobrina ni el muerto...
2) El año pasado, cuando sólo tenía dos semanas de haber empezado a salir con el Jelipe. Él acababa de dejar su trabajo por estar harto de él. Estaba en proceso de buscar otra chamba y lo llamaron para varias entrevistas, cuando de pronto, en una de ellas, le pedían que fuera a un examen médico, sólo para que luego de él firmara el contrato. Lo que pasó fue que no recibió un contrato, sino el susto de su vida cuando el doctor le dijo que algo tenía en el corazón y le pidió que se fuera a hacer un electrocardiograma sólo para estar seguros de que no era grave. Como era obvio que no tenía ni para el electro, yo le presté una lana, que le fui a dejar el 14 de febrero en la mañana. Luego él se acordó que era 14 de febrero y me dijo que igual debíamos hacer algo. A mí me dio risa y le dije “no, no, yo no festejo ésas cosas...” y al ver su carita de decepción, me arrepentí de haber sido tan sincera “yo tampoco, pero...”. ¡Chin! La cagué... luego le propuse que después hiciéramos el día sólo de Jelipe y Chloé, para reparar el daño causado. Lo mejor de todo vino cuando nos despedíamos y yo lo acompañé a tomar su péiser y él como que no quería ir solo al electro... tiempo después me dijo que estaba aterrado, que pensó que se iba a morir. Cuando nos despedimos, le dije “¿quieres que vaya contigo?” y me dijo “no, esto lo tengo qué hacer solo...” y casi se le salen las lágrimas... Creo que fue ahí donde me dije “Guibert, creo que estás enamorada”.
1) Año 2001. Chloé y Yahuitl en el cuarto de azotea del edificio donde vivía Chloé, porque ahí estaba la compu y los respectivos... lejos. JJ y el Squall (del que después de que vino sólo para conocerme, supe unas cuántas veces y luego... desapareció). Squall me había mandado una tarjeta súper cagada... por internet. Yahuitl y yo llorábamos por los rincones, sobre todo cuando veíamos por la calle la locura de San Valentín a todo lo que da, y luego volteábamos a nuestros lados y... ni una mosca. Nos preguntábamos por qué. Luego, lo que decidimos hacer fue... ir a comprar discos. Fue entonces cuando Cuts You Up se convirtió en nuestra canción, nuestro himno. Creo que a la fecha, las dos escuchamos esa rola y lloramos o nos emocionamos o las dos cosas.
Si este año ni siquiera me di cuenta que era 14 de febrero, fue en parte por culpa del Jelipe. Con eso de que llega la semana próxima, ando como loca haciendo las reservaciones de los hoteles y viendo lo del viaje. Y todo porque el tal por cuál no entiende un carajo del movimiento turístico acá... y por cierto, sólo me quedan 20€ en la bolsa, para el resto del mes... ¡Feliz 14 de febrero!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
esa rola sigue siendo la neta.
pero no lloro, nomás me acuerdo, jijiji!!!
Publicar un comentario